29/5/09

Reciben 41 venezolanos títulos de Bibliotecologí a y Ciencias de la Información de la Universidad de La Habana

Con profundo orgullo, como bibliotecaria y como alumna de la Profesora Villardefranco, pero sobre todo como cubana, como ciudadana nuestroamericana, difundo esta noticia:

Por: Agnerys Rodríguez Gavilán, enviada especial

Esta graduación constituye uno de los resultados más importantes de la asesoría cubana al Ministerio del Poder Popular para la Educación Superior en esa nación

BARQUISIMETO, Lara.— La República Bolivariana de Venezuela acaba de graduar a 41 licenciados en Bibliotecologí a y Ciencias de la Información en la Universidad de La Habana.

Sucedió en el Instituto Universitario Experimental de Tecnología Andrés Eloy Blanco, enclavado en esta ciudad, capital del estado Lara, gracias al Convenio Integral de Cooperación Cuba-Venezuela. Por única vez, esta graduación constituye uno de los resultados más importantes de la asesoría cubana al Ministerio del Poder Popular para la Educación Superior de este país.

Y lo es también para los venezolanos que impulsan aquí el Programa de Municipalizació n de la Educación Superior, por medio de la Misión Sucre, la cual garantiza que la continuidad de estudios deje de ser una quimera.

Juan Carlos Linares, Lorena Isabel Lameda, Dennys Bermúdez y Altagracia Rivero Chávez ven hecho realidad su sueño de licenciarse. Estos jóvenes tienen en común el hecho de ser Técnicos Superiores Universitarios (TSU), trabajadores de la Información en sus más disímiles variantes y, además, desempeñarse unos como profesores, y otros como asesores y facilitadores también, de la Misión Sucre.

Todos tienen razones muy poderosas para sentirse muy felices tras recibir el título. A sus 42 años Juan Carlos es auxiliar docente del Instituto, pero tuvo que esperar siete años para alcanzar su meta. Lorena, con 29, se sobrepuso con creces a los traumas que le provocó un disparo que recibió, apenas dos meses antes de que comenzara el proyecto; y, desde mucho antes, es profesora y asesora de la Misión Sucre en la aldea de Torres.

No se queda atrás la joven Altagracia, con un año menos. Ella, también facilitadora, debió organizar bien su tiempo para hacer su labor como asistenta de la Jefa del Departamento de Extensión Universitaria del Instituto, y no faltar a sus entrenamientos, pues practica judo. Y Dennys, también «profe» en las aldeas universitarias desde hace cuatro años, tuvo que reajustar sus horarios.

Breve historia de la asesoría cubana

María del Carmen Villardefrancos Álvarez, Doctora en Ciencias de la Información y profesora auxiliar del Departamento de Bibliotecologí a y Ciencias de la Información de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, llegó a Venezuela en el 2006. Integraba, entonces, el equipo de profesionales que realizó los diagnósticos y las propuestas indispensables para homologar la licenciatura, lo cual ya es hoy una realidad. Poco tiempo después regresó como coordinadora del proyecto.

Ya en el 2006, precisa María del Carmen, se venía gestando la Misión Alma Mater, con la finalidad de convertir a estos Institutos Técnicos Superiores Universitarios en Universidades Politécnicas, cada uno con diferentes programas nacionales de formación. En ese contexto, este centro es el garante del Programa Nacional de Información y Documentación. Es decir, la Comisión Nacional que atiende esta carrera se encuentra aquí.

Se determinó que fuera un proyecto de una única vez y que funcionara aquí porque, como resultado de los diagnósticos, los intercambios académicos y la decisión del Gobierno, la especialidad de Información y Documentación se va a comenzar a dar acá en una universidad pública como una carrera larga.

A nuestro diálogo se suma la joven Aylín Martínez Rodríguez, máster en Bibliotecologí a y Ciencias de la Información, y profesora asistente del mismo Departamento de la facultad habanera. Ella llegó a Venezuela como docente del proyecto. «Formé parte del claustro de profesores que impartió las 25 asignaturas que no estaban contempladas en su plan de estudio como TSU. Fuimos diez doctores y dos másteres, aunque tuvimos que realizar ajustes de horarios y trabajar de manera intensa los fines de semana, la formación se llevó a cabo con el mismo rigor que lo hacemos en Cuba».

Oportunidad para los excluidos

Juan Carlos: «Nuestra presencia aquí se la debemos al presidente Chávez. Hace siete años egresé como TSU en Información y Documentación. Entonces no había la posibilidad de continuar estudios para uno hacerse licenciado, porque las escuelas de Bibliotecologí a y Archivología de la Universidad Central de Venezuela y de la Universidad de La Luz de Zulia no reconocían a los TSU y nos exigían que comenzáramos de cero, nuevamente, una carrera de cinco años.

«Afortunadamente, tras el triunfo de nuestro presidente, viene el anuncio de las misiones sociales, en especial las educativas, y dentro de ellas la Misión Sucre. Se abrió entonces una posibilidad inmensa de cristalizar el sueño de seguir estudios y, a la vez, se crea el Programa Nacional de Formación en Información y Documentación.

«Luego, ante la carestía de licenciados que quisieran asumir las tareas docentes para este programa no hubo otra alternativa que incorporar a los TSU a las aulas, lo que nos dio una oportunidad nueva. Nos convertimos en profesores-facilita dores y asesores de la Misión Sucre y del Instituto. Tiempo después vino esta gran iniciativa».

Beneficio para todos

¿Impacto social? Mucho. Todos pueden ser medibles y palpables, responden, casi al unísono, María del Carmen y Aylín.

El proyecto —comenta la Doctora— ha fortalecido el nivel cognitivo de los trabajadores de la Información del estado Lara. Ha permitido también, en algunos casos, situar a estos egresados en responsabilidades que a nivel del Estado pueden ser representativas. Estamos hablando, por ejemplo, de que ahora se desempeñan como Jefe del Área del Servicio de la Biblioteca Municipal o Jefe del Área de Servicio de la Universidad.

Otros impactos sociales son identificados por Aylín. A juicio suyo, «no es que comience la formación de especialistas, sino que ya en la propia preparación que ellos le han estado dando a los TSU, se ha marcado una diferencia en torno a la concepción que tienen de la especialidad. Luego, al defender sus tesis, se hicieron de un producto que era ya el resultado de su investigación, y esos trabajos de diploma se han presentado en eventos nacionales, regionales y municipales, y han tenido una buena repercusión. Por último, como nuevos profesionales se han ido ubicando en espacios que antes no aprovechaban, lo cual hace que vayan ganando en visibilidad a nivel nacional».

Orgullosos y muy comprometidos

—Ustedes son licenciados en Bibliotecologí a y Ciencias de la Información de la Universidad de La Habana. ¿De qué manera repercute en sus vidas esa titulación?

—Lorena: Para mí resultó una gran felicidad recibir el título de licenciada de la Universidad de La Habana. Y un éxito no solo mío, sino también de Venezuela y Cuba.

—Altagracia: Cuando escuché: «Altagracia Bermúdez recibe ahora su título de graduada de la Universidad de La Habana» me sonó espectacular. Semanas atrás anduve con los nervios malos, estaba muy emocionada por lo que iba a suceder.

—Juan Carlos: Soy licenciado de la Universidad de La Habana... Mira, que lo digo, y se me pone la piel de gallina. Y traduzco eso en emoción. Ser egresado de una de las universidades más importantes del mundo y una de las más antiguas de América Latina es, sin dudas, un privilegio y un tremendo compromiso.

—Dennys: Es lindo ver que es posible la inclusión social, sin distinción de edad, sexo, raza, creencia ni posición económica.

La mayor biblioteca digital del mundo está en Corea del Sur

'LA DIBRARY'

Madrid, 25.05.2009

Es un paso más en el avance digital. En Corea del Sur, encontramos la mayor biblioteca digital del mundo. Tiene 252 terminales y una zona "wifi" con Internet gratis para trabajar en ordenadores personales.

"No es una simple biblioteca, es un espacio multicultural". Así la definen los que la han creado. Los usuarios pueden acceder digitalmente a miles de ejemplares de libros, y no sólo eso. Tienen estudios de vídeo y audio donde pueden directamente crear y editar sus propios trabajos.

La base de datos del local cuenta con más de 116.000 de documentos y 380.000 libros digitalizados. Esta particular biblioteca ha sido construida justo enfrente de la Biblioteca Nacional, han tardado siete años en terminar el proyecto, y les ha costado 100 millones de dólares.

La "Dibrary", así es como la han llamado, cuenta incluso con salas para seminarios equipadas con ordenadores, impresoras y todo tipo de avances tecnológicos para acceder a la información, almacenarla y enviarla a todos los participantes. Los usuarios pueden también ver DVD o televisión con auriculares sin cables.

Hay puntos de información en inglés, e incluso espacios prepararados para discapacitados y ancianos. Todo es poco para una población, la de Corea del Sur, que cuenta con un altísimo porcentaje de acceso a Internet en los domicilios particulares.

Sesenta y cinco poetas de 43 países estarán en el Festival Internacional de Medellín

Martes 19 Mayo


Los escenarios del XIX Festival Internacional de Poesía de la ciudad colombiana de Medellín albergarán otra vez y a partir del próximo 4 de julio a poetas y artistas de todo el mundo.

CONVOCATORIA. La revista de poesía "Prometeo" ya lanzó la nueva convocatoria para el festival en la ciudad más violenta y poética de Colombia.

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Los escritores proceden de cuatro continentes, y sobre ellos descansará una programación que se extenderá a doce ciudades del país y que comprende un total de 136 actividades, entre recitales, talleres, cursos y conferencias.

Galardonado en 2006 con el "Premio Nobel Alternativo" y considerado el festival literario "más multitudinario del mundo", el encuentro de Medellín ofrecerá esta vez 94 lecturas colectivas de poemas y 13 individuales.

Además, ha previsto quince talleres de poesía, diez conferencias dentro de la XIII Escuela Internacional de Poesía de Medellín, que se realiza de forma paralela, y cinco cursos, todos ellos, como los recitales, de libre y gratuito acceso.

También declarado Patrimonio Cultural de la Nación, el Festival Internacional de Poesía de Medellín ha dado lugar a la fundación de encuentros similares en Argentina, El Salvador, San José, Caracas, San Juan y Nueva Zelanda, además del Festival Itinerante de Poesía de África.

La cita "es una expresión de la lucha contra la guerra, por la libertad de creación, de pensamiento y de reunión", manifestó el comité organizador del encuentro poético en una declaración facilitada a la agencia EFE en Bogotá.

"En esta ruta repudia los ataques contra la libertad de expresión de la ultraderecha colombiana que pretenden vincularlo torpemente, junto a otras fuerzas de la oposición colombiana, a los actos de la insurgencia", agregó.

La reunión poética de Medellín, fundada por la Revista Prometeo, "ha manifestado a través de sus casi dos décadas de historia su profunda solidaridad con el sufrimiento del pueblo colombiano, víctima de una guerra civil de cinco décadas", continuaron los organizadores.

En este contexto, puntualizaron que la trayectoria del Festival, que "no puede vincularse ni a la insurgencia ni a la guerra, sino a la ardiente obsesión por la paz, la belleza y la dignidad", otorga a sus responsables la energía para seguir "en la búsqueda de un nuevo país y de un tiempo, nuevo y generoso para la vida, el sueño antiguo y nuevo de la inmemorial poesía".

El Festival de Medellín, que ha reunido en su historia a 863 poetas de 143 países, es apoyado por la alcaldía de la ciudad, el Ministerio de Cultura, los Gobiernos de Suiza y de Alemania, y las embajadas en Bogotá de España, Francia, Italia y Suecia.

http://www.revistaenie.clarin.com/notas/2009/05/19/_-01921926.htm

25/5/09

"Libros Libres"


Convocan a una gran "suelta de libros" el 25 de mayo

Una original propuesta invita a "liberar" en un espacio público alguna obra que nos marcó para que otra persona lo lea. Cómo participar

El movimiento Libros Libres invitó a participar el 25 de mayo de una actividad que realiza anualmente y que consiste en dejar en un lugar público un libro con una dedicatoria en la primera página, a fin de que lo lea la persona que lo encuentre y luego lo "libere" en el lugar.

El movimiento Libros Libres sugirió depositar los libros en "un banco de plaza, una pizzería, un bar, un subte, un colectivo, un tren, un remís, una cabina telefónica, un cajero automático y en cualquier lugar que la imaginación permita". "Todos tenemos un libro que realmente nos marcó en la vida y puede cambiarle la vida a alguien más", dijeron.

Los organizadores recomendaron que se escriba en la primera hoja una dedicatoria donde se aclare que el libro pertenece al movimiento Libros Libres, que está para quien lo encuentre y debe volver a ser liberado luego de su lectura. También se sugirió escribir la dirección de correo electrónico como único medio de reconocimiento con el fin de "crear un extenso grupo de lectura comentada".

El 21 de septiembre de 2007 se organizó el primer Libros Libres de Argentina y desde ese día se volvió a realizar en varias oportunidades.

Fuente: DyN

18/5/09

Mario Benedetti...

Uruguay: Fallece en Motevideo el escritor Mario Benedetti a los 88 años de edad



El escritor uruguayo Mario Benedetti falleció hoy en su vivienda de Montevideo, tras una larga enfermedad, según informó el secretario personal del literato en declaraciones a la radio uruguaya Espectador.

El novelista y escritor murió a los 88 años de edad en su hogar de Montevideo, tras ser dado de alta el pasado 6 de mayo del Sanatorio Impasa, donde fue ingresado debido a una enfermedad intestinal crónica.

El secretario de Benedetti aseguró que la salud del escritor era "normal" hasta el momento, aunque reconoció que sí mantenía ciertas precauciones relacionadas con su enfermedad.

El año pasado, Benedetti ingresó tres veces en esa clínica privada, la primera de ellas, entre enero y febrero, tras sufrir una enterocolitis que le causó deshidratación. La segunda fue por problemas respiratorios y la última por una descompensación.

Poeta, narrador, dramaturgo y ensayista, Benedetti nació en Paso de los Toros (Uruguay), en 1920, y poseía una extensa obra con títulos como 'El amor, las mujeres y la vida', 'La tregua' o 'Andamios'.

El último trabajo del uruguayo fue 'Testigo de uno mismo', una obra escrita en verso y publicada el pasado mes de septiembre. Además, trabajaba en un nuevo libro, también de poesía, que había titulado 'Biografía para encontrarme'.

Su trabajo mereció el Reina Sofía de Poesía Iberoamericana en 1999 y, dos años después y tras superar una dolencia cardiaca, también recibió el premio iberoamericano José Martí y, en 2005, el Premio Internacional Menéndez Pelayo. Significado con la izquierda latinoamericana, Benedetti fue investigado como Doctor Honoris Causa por universidades españoles como la de Alicante o la de Valladolid.

http://ar.news.yahoo.com/s/17052009/11/mundo-noticias-uruguay-fallece-motevideo-escritor.html



Te quiero

Tus manos son mi caricia,
mis acordes cotidianos;
te quiero porque tus manos
trabajan por la justicia.

Si te quiero es porque sos
mi amor, mi cómplice, y todo.
Y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos.

Tus ojos son mi conjuro
contra la mala jornada;
te quiero por tu mirada
que mira y siembra futuro.

Tu boca que es tuya y mía,
Tu boca no se equivoca;
te quiero por que tu boca
sabe gritar rebeldía.

Si te quiero es porque sos
mi amor mi cómplice y todo.
Y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos.

Y por tu rostro sincero.
Y tu paso vagabundo.
Y tu llanto por el mundo.
Porque sos pueblo te quiero.

Y porque amor no es aurora,
ni cándida moraleja,
y porque somos pareja
que sabe que no está sola.

Te quiero en mi paraíso;
es decir, que en mi país
la gente vive feliz
aunque no tenga permiso.

Si te quiero es por que sos
mi amor, mi cómplice y todo.
Y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos.

17/5/09

Schwarzenegger quiere que todos los estudiantes cuenten con libros digitales

EN CALIFORNIA, EE.UU.
13 de Mayo de 2009

Urgido por una endeble situación financiera, el Gobernador busca a través de esta iniciativa reducir el presupuesto educativo. Los e-books de código abierto se repartirían gratuitamente en colegios públicos



El gobernador de California, Arnold Schwarzenegger, recurrirá a las nuevas tecnologías para reducir el presupuesto educativo. Su intención es proporcionarle a los colegios públicos libros digitales de código abierto para matemática y ciencias. Los mismos serán totalmente gratuitos y se usarán en todas las instituciones del Estado.





Según informó el portal Ars Technica, el mandatario ya le encomendó al secretario de Educación, Glen Thomas, la tarea de asegurarse de que los nuevos e-books se encuentren disponibles para fines de 2009.

Actualmente, la educación pública demanda cerca del 40% del presupuesto de California, que atraviesa una profunda crisis financiera que obligó a Schwarzenegger a buscar nuevas formas para reducir costos. El propio funcionario reconoció que “si la situación persiste, no nos quedará más remedio que encontrar mecanismos novedosos para ahorrar dinero y mejorar los servicios”.

Y al parecer, el ex actor ve a los libros digitales como la solución a sus problemas: “Es la primera iniciativa del país que reducirá gastos, ayudará a fomentar la enseñanza en todos los distritos escolares y le asegurará a cada alumno el acceso a una educación de primer nivel”.

De acuerdo a Ars Technica, no es la primera vez que se plantea la idea de incorporar e-books de código abierto a los colegios. Pero el sitio Web remarcó que si logra llevarse a cabo con éxito, podría extenderse a otros Estados. No obstante, hasta el momento “hay muchas preguntas sin respuestas sobre el plan”, y sobre todo “cómo se aplicará".

Paenza, amigo de los libros

Lunes, 11 de Mayo de 2009
La llegada de los bibliotecarios a la Feria del Libro para hacer compras, subsidiados por la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares, fue una de las notas salientes del fin de semana en la Feria del Libro. En esta 35ª edición, representantes de 1200 bibliotecas llegados desde distintos puntos del país le dieron otro color a los pabellones del predio Rural. En el marco de las jornadas, Adrián Paenza fue distinguido como “Amigo de las Bibliotecas Populares” por la presidenta de la Conabip, María del Carmen Bianchi. En los últimos años habían recibido ese premio Roberto Fontanarrosa, Osvaldo Bayer y Mercedes Sosa. Cada biblioteca recibe un subsidio de 2000 pesos para comprar cada libro al 50 por ciento de su valor, debido a un acuerdo establecido entre los distintos expositores y la Conabip. Con un carrito provisto por las autoridades de la Fundación El Libro, desde el viernes hasta ayer, todos pudieron elegir sus libros en el pabellón verde y amarillo. En el stand de Fondo de Cultura Económica, “no dimos abasto, muestro catálogo es uno de los preferidos, ya que vienen buscando sobre todos libros de educación, historia, incluso nuestra colección de infantiles”, precisó la encargada del sello, Cleopatra Caglieris. Por su parte, Lidia Pazo, de Paidós, consideró que la concurrencia de bibliotecarios ha sido muy alta y que los libros más solicitados este año fueron “los de pedagogía”. Para Nicolás Abreu, de Capital Intelectual, el tema de la Conabip “estuvo mucho mejor organizado que el año pasado, aunque yo creo que sería mejor volver a la segunda semana e incluso a la primera porque a la Feria siempre le cuesta arrancar”.


http://www.pagina12.com.ar/imprimir/diario/suplementos/espectaculos/2-13826-2009-05-11.html

Un Nobel trashumante

Poner EL PAIS como favoritoViernes 15.05.2009, 15:15 hs l Montevideo, Uruguay

Dos lecturas sobre Le Clézio

Ingrid Tempel

(desde París)

LA ATRIBUCIÓN del Premio Nobel de Literatura 2008 a Jean-Marie Gustave Le Clézio es la consagración de un escritor francés enemigo de las fronteras, un nómada humanista cuya obra expresa admiración y respeto por diversas culturas al punto de compenetrarse con los indígenas del continente americano o denunciar las atrocidades del colonialismo en África. En su discurso de aceptación del Nobel, este autor nacido en Niza, descendiente de grandes terratenientes arruinados de la isla Mauricio (Océano Indico), de origen bretón, que pasó una parte de su infancia en Nigeria, trabajó como cooperante en Tailandia y vivió con los indios emberas y waunanas en la jungla panameña, antes de pasar un largo período en México, se convierte en la voz de los que no tienen voz, recordando que en muchos países el libro sigue siendo un lujo inaccesible para las masas.

INFLUENCIAS. A los 23 años obtiene el Premio Renaudot por su primera novela publicada, El atestado (Le procès-verbal, Éditions Gallimard, 1963), perdiendo por un voto el galardón literario máximo de las letras francesas: el Goncourt. Esta novela, que según sus declaraciones no era la primera, pues comenzó a escribir a los siete u ocho años (Le Clézio: le nomade immobile, de Gérard de Cortanze, Éditions Gallimard), influido por la obra de Albert Camus, Jerome David Salinger y Lautréamont, es un viaje a través de la soledad, la locura, la sensualidad y la crueldad. Niza, su ciudad natal, es el escenario de este libro atravesado por el delirio existencial del protagonista Adam Pollo.

Mucho tiempo después de haber violado a Michèle, Adam tiene con ella una relación ambivalente. Sigue amándola, hostigándola, y pidiéndole dinero. En su búsqueda sobre el sentido mitológico de la vida urbana sigue durante un día entero el vagabundeo de un perro, fascinado y esclavizado por esa nueva dimensión. ¿Es un criminal, un demente, o una inteligencia brillante incapaz de sobrevivir a una búsqueda metafísica sobre las claves de la convivencia humana? La influencia de Lautréamont, cuyo protagonista decía en Los Cantos de Maldoror que utilizaba su "genio para describir las delicias de la crueldad", es evidente.












En los años `60, luego de obtener un diploma de estudios superiores cuyo tema es la soledad en la obra de Henri Michaux, Le Clézio inicia otro trabajo universitario sobre Lautréamont. "Lautréamont es lo opuesto a Michaux. Con él nunca se sabe dónde comienza la locura y donde comienza la broma", afirma. Veinte años después, la valija con el único ejemplar de sus investigaciones sobre Lautréamont es robada en el aeropuerto de Albuquerque.

Entre El atestado y su última novela, La música del hambre, Le Clézio, que de joven quería ser dibujante de historietas, lleva a cabo un recorrido iniciático por diversos países explorando sus mitos aunque la historia de sus familiares se insinúe reiteradamente en personajes procedentes de Mauricio, seres que sufren los horrores de la guerra, la pérdida del patrimonio familiar o que se lanzan a la aventura africana. Es el caso, entre otras, de Desierto (Désert, 1980), Onitsha (1991), La cuarentena (La quarantaine, 1995) Révolutions (2003) y La música del hambre (Ritournelle de la faim, 2008), publicadas por Gallimard. Onitsha, Desierto y La música... fueron traducidas por Tusquets.

INVESTIGACIÓN DE LA CONCIENCIA. En el camino, este hombre alto, rubio, de ojos azules, que comienza su carrera deslumbrando tanto al público como a los periodistas por su belleza física y su precocidad literaria, explora el mar y el desierto en obras inspiradas en los autores de novelas de aventuras que lo extasiaron en su infancia: Joseph Conrad, Robert Louis Stevenson, Rudyard Kipling, Sir Henry Rider Haggard. A través de esa búsqueda permanente de un padre que estuvo ausente buena parte de su infancia y de los orígenes de su familia, lleva a cabo un profundo examen de la conciencia del ser humano.

Esta investigación de la historia, los mitos y los rituales de culturas primitivas o contemporáneas no ha sido recibida en Estados Unidos con el mismo entusiasmo que en Francia. Algunos profesores universitarios norteamericanos encuentran que se trata de una búsqueda de "exotismo". Sus principales obras publicadas - más de 50 volúmenes entre novelas, cuentos, relatos de viaje, ensayos, libros para niños y biografías, sin contar las tesis y los artículos periodísticos-, han tenido poca repercusión en el mercado editorial estadounidense, donde hasta fines de 2008 sólo se habían traducido una docena de sus libros.

Según Madeleine Dobie, profesora de literatura francesa y comparada, "colonial y poscolonial" en la Universidad Columbia de Nueva York, en la obra del último Nobel se encuentra lo que puede ser considerado positivamente como el `nomadismo` y la noción de cruzar fronteras, pero por otra parte hay exotismo, "o sea una visión nostálgica de las otras culturas como noble y heroicamente primitivas". En Estados Unidos reconocen que "Le Clézio es un maravilloso estilista, pero no es un innovador en materia estética ni un pensador extraordinariamente original", afirma Philip Watts, otro profesor de literatura francesa de la Universidad de Columbia, según Lila Azam Sanganeh (Le Monde, 10.10.2008)

Le Clézio, doctor en Letras y profesor de literatura francesa en la Universidad de Albuquerque, Nuevo México (Estados Unidos) desde 1977, enunció premonitoriamente su credo en un artículo publicado en el primer número de Magazine Littéraire (noviembre de 1966) sobre la novela In cold blood (A sangre fría), de Truman Capote: "El novelista del siglo XX no puede ser ya un `hombre honesto`, satisfecho de su cultura, su experiencia, su lenguaje. Así como era cronista en la Edad Media, el escritor de hoy es simultáneamente etnólogo, antropólogo, psicólogo, e incluso criminólogo. Ya sea con los medios o el espíritu de la ciencia, el novelista escudriña una parte del mundo, un grupo de hombres, y los representa en una relación, no tal como son o como deberían ser, sino como ellos se presentan a sí mismos".

A los 8 años de edad, Le Clézio inicia un largo viaje en un carguero holandés, para reunirse con su padre, médico cirujano del ejército británico en Nigeria, historia relatada varias décadas más tarde en Onitsha. En el viaje, el niño pasa gran parte del día escribiendo a mano en cuadernillos en su cabina mientras el barco avanza hacia el descubrimiento de un mundo radicalmente diferente, y hacia el conocimiento de sí mismo. En Nigeria conocerá a un hombre con el cual deberá rivalizar por el amor de su madre, así como los horrores del colonialismo y del racismo.

"Mi madre, una inglesa refugiada en Niza porque no podía encontrarse en la zona ocupada, terminó por esconderse lejos de la costa de Niza. Exceptuando las atrocidades, yo viví de cierta manera paralelamente la historia de los judíos durante la guerra: ser inglés, durante ese período, no era nada fácil. Mi padre era médico en África, y recién lo conocí mucho tiempo después. Cuando pude hacer el vínculo entre mi madre -de origen picardo- y mi padre, que volvió para instalarse en Europa trayendo consigo toda la tradición de Mauricio, sufrí un shock. No tanto al enterarme de mis orígenes, sino al comprender que en ese contexto meridional francés, a partir de ese momento yo sería criado como un joven de Mauricio. (…) En ese lugar que sin embargo es el tuyo, eres como un cuerpo extranjero", declaró Le Clézio a Le Magazine Littéraire, en 1998.

VIAJES. En Onitsha, Le Clézio habla en realidad de dos viajes simultáneos: el que lo conduce a descubrir, a través de Nigeria el continente africano, y el viaje del conocimiento de sí mismo. Las privaciones de la guerra -el frío, el hambre, el miedo, la falta de libros- no han preparado al protagonista para este sentimiento de exilio permanente del cual culpa al padre. Este médico del ejército británico, austero, severo, que se interpone entre Fintan y su madre María Luisa, a la cual llama Maou, es el culpable de su desarraigo. Es también la razón por la cual se lanza al viaje interior que todo autor emprende a través de la escritura.

El Surabaya, un viejo barco de 5.300 toneladas, de la Holland Africa Line, conduce a Fintan y Maou a un territorio alejado de Francia ocupada, hacia un desconocido, Geoffroy Allen, que dice ser su padre. Entre la Europa devastada por la Segunda Guerra Mundial y esa África todavía ignota, "el Surabaya era un asilo, una isla". Los sentimientos humanos más nobles y los actos más abyectos son comunes a los dos continentes. La violencia, inherente a la vida misma, está presente en ambos. La pobreza, el hambre y la soledad que en la vejez amenazan a los seres humanos, son males que Le Clézio denunciará a menudo.

Cada uno de los personajes vive en busca de su propio sueño, inalcanzable, misterioso. El mar como memoria, como puerta abierta a mundos nuevos, está siempre presente en las obras de Le Clézio, que se reinventa y descubre las raíces de su genealogía en cada libro. Aunque en lugar de un mar líquido sea a veces la inmensidad del desierto.

Una de sus mejores novelas, Desierto, cuenta la historia de una niña analfabeta del sur de Marruecos que termina siendo una exitosa modelo en Francia, pero que regresa a su patria para dar a luz en condiciones primitivas. En oposición a los actuales narradores franceses de autoficción, en cuyas vidas monótonas y rutinarias las aventuras se limitan muchas veces a los cambios de pareja, Le Clézio atraviesa fronteras, siglos y civilizaciones como quien vive una orgía cultural.

Al referirse a su novela Révolutions (que todavía no ha sido traducida al castellano, y en la cual también se refiere a sus ancestros), Le Clézio reconoce que él jamás escribirá sus memorias porque es incapaz de hacerlo. "La novela es la única forma, para mí, de explorar mi pasado, y el único subterfugio para esquivar las dificultades de esta loca tarea de volver atrás, hasta una época en la cual no he vivido. En realidad, tengo la impresión de no haber escrito jamás otra cosa, desde El atestado, que autobiografías. Mis libros siempre ponen en escena momentos de mi historia. Es porque no tengo ninguna imaginación. Por eso me gusta utilizar la primera persona del singular", declaró en una entrevista otorgada a Jérôme Garcin, del semanario Le Nouvel Observateur (30.01.03).

Révolutions es una novela compleja, publicada 40 años después de El atestado, que a través de la mirada del joven Jean intenta una vez más reconstruir la historia de su familia en la isla Mauricio, refiriéndose al mismo tiempo a los inmigrantes de diversos orígenes que vivían en Niza en los años `50, y también a París, Bretaña, la guerra de Argelia, el proceso de descolonización, Londres a principios de los años `60 y luego México. Se intercala también la historia de un ancestro del protagonista (Francois), revolucionario bretón que emigró a Île de France (el nombre que tuvo la isla Mauricio entre 1715 y 1814) a causa de la pobreza.

Révolutions revela además el desamparo de los ancianos que mueren de hambre en Niza, los horrores de la guerra colonial, que empujan al protagonista -al igual que al autor- a continuar sus estudios en Gran Bretaña para evitar ser enviado a combatir en Argelia.

En esta novela, la tía ciega Catherine Marro, que vive en la Kataviva, un edificio de Niza que conoció épocas mejores, cuenta a Jean la historia de su familia. A diferencia de Joseph Conrad y William Faulkner, que narraban las historias en círculos, para que cada personaje enriqueciera y completase gradualmente un acontecimiento enturbiado por la niebla de los años, Le Clézio escribe un libro tras otro para hacer luz sobre la saga familiar. Es un tema que parece inagotable. Su última novela, La música del hambre, es un homenaje a su madre y cuenta su juventud en París.

EL SHOCK FUNDADOR. En los años `60, el escritor cumple sus obligaciones militares en Tailandia, donde en calidad de cooperante es profesor de Ciencias Políticas. Pero sus denuncias de la prostitución infantil provocan un escándalo, y finalmente es enviado a México.

"Para mí, México fue mi shock fundador. Es el país de la verdadera revolución. Cuando llegué por primera vez, en 1967, tenía la impresión de ver la revolución en cada momento. (…) En México descubrí un campo de batalla perpetuo donde ya nada separaba a la vida de la muerte. En comparación, el mayo del 68 parisino me parecía, desde lejos, insignificante", dijo a Le Nouvel Observateur (30.01.03).

En México se instala inicialmente en una aldea al pie del volcán más joven del mundo, nacido en 1946: el Paricutín. "Cuando llegué a México, el primer texto que leí fue Los tarahumaras, de Antonin Artaud. (…) Porque creo que para mí, ir a México no fue escapar. (…) No escapo de nada en particular, no soy un desertor…", dijo Le Clézio (Ailleurs, editorial Arléa, conversaciones con Jean-Louis Ezine en la radio France-Culture).

Le Clézio afirma que su locura es "escribir (…). Escribir quiere decir que no se vive como todo el mundo. Al mismo tiempo -y es quizás una parte de mi locura- es creer en la libertad. Yo estoy convencido de que se es libre. Escribir es una forma de expresar esa libertad", dijo a Ezine.

"La experiencia de Artaud en México es la experiencia extrema del hombre moderno que descubre un pueblo primitivo e instintivo: el reconocimiento de la superioridad absoluta del rito y de la magia sobre el arte y la ciencia", escribió Le Clézio en un texto redactado en español y reproducido en El sueño mexicano (FCE, 1992).

En otras regiones -el Océano Indico, Francia, Gran Bretaña, Tailandia, Panamá, México, Estados Unidos, Corea del Sur, Nigeria, o Uzbekistán- Le Clézio también ha seguido un "llamado" que terminó inspirándolo para escribir nuevos libros.

Ediciones en español

Viajes del otro lado. Trilce, Montevideo, 1995. 364 págs.

Urania. El cuenco de plata, Buenos Aires, 2007. 266 págs.

El africano. Adriana Hidalgo, Buenos Aires, 2008. 139 págs.

La cuarentena. Tusquets, Barcelona, 2008. 358 págs.

El pez dorado. Tusquets, Barcelona, 2008. 231 págs.

El buscador de oro. La otra orilla, Argentina, 2008, 291 págs.

Diego y Frida. Planeta, Montevideo, 2009. 250 págs. (La primera edición en español se tituló Diego y Frida: una gran historia de amor en tiempos de la revolución, Madrid: Temas de hoy, 1994).

Llega la Web 3.0: la Internet que viene cambiará aún más la vida de la gente

Viernes 15, Mayo 2009

Será más amigable y fácil de usar que la actual porque entenderá el lenguaje coloquial de las personas. Estará en la PC, la heladera, el celular, la tele y el centro musical. Arrancaría en 2010.

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BINARIOS. Cómo funciona la Word Wide Web, según los videos explicativos de Commoncraft. (en inglés)
Sobre Internet se escuchan muchos elogios. Asombran las posibilidades que da para comunicarse, entretenerse, para buscar información y agilizar la vida cotidiana. Sin embargo, Internet (hoy es su día mundial, por el aniversario del primer Convenio Telegráfico Internacional), aunque muy merecedora de loas como es, en la actualidad presenta limitaciones. Exige de sus usuarios el aprendizaje de reglas. Para buscar un dato en la Web hay que saber que es necesario abrir un navegador, dirigirse a un buscador, saber cómo se usa, cómo hay que orientar la búsqueda para tener éxito. Todo esto, hasta ahora. Porque los expertos anuncian que ya se está trabajando en una nueva generación de Internet, llamada Web 3.0, que entenderá nuestro lenguaje coloquial y cotidiano, que resultará mucho más amigable, y que será accesible a mucha más gente.

Se espera que algunos de los componentes de esta nueva red estén disponibles en 2010. Se podrá navegar por ella desde muchos dispositivos fijos (PC) y portátiles (celulares, notebooks), que interactuarán sin conflicto entre sí y con otros equipos, como por ejemplo, los electrodomésticos.

Pablo Abad, del departamento de Ingeniería Informática del Instituto Tecnológico Buenos Aires (ITBA), explica que uno de los grandes problemas de Internet es que, debido a la inmensa cantidad de información que contiene, resulta difícil encontrar lo que se busca en ella. "Por eso se está tras modos de catalogar datos que sean eficientes y fáciles de usar; a esas premisas responde la Web semántica o Web 3.0", dice Abad.

Hoy, para planear unas vacaciones con Internet, hay que recorrer sitios de destinos turísticos; luego hacer otra búsqueda para dar con mapas; otra para averiguar sobre alojamientos y modos de llegar. En la nueva Web semántica -a la que apuestan desde investigadores académicos hasta grandes corporaciones como Microsoft-, bastará con escribir (o incluso con decir), por ejemplo: "Queremos ayuda para organizar nuestras vacaciones. Nos gusta la playa, somos una pareja con chicos de 6 y 8 años, y tenemos un presupuesto de $5.000". Con eso será suficiente para que un "agente" digital reúna datos de diferentes fuentes, para ello podrá basarse incluso en qué hicimos el año pasado, y en nuestros gustos, que conocerá. Abad suma otro ejemplo: "A la nueva Web le podremos pedir 'fotos de caballos negros sobre montañas nevadas', y entregará eso mismo".

Ya existen algunos proyectos que van en este sentido, aunque les quede bastante camino por recorrer. Wolfram Alpha (www.wolframalpha.com), por ejemplo, está online desde ayer. Es un buscador que puede responder preguntas formuladas en lenguaje coloquial siempre que tengan una respuesta precisa. Por ejemplo, se le puede preguntar (por ahora sólo en inglés) cuál es el diámetro de la Tierra, y responderá. Y lo hará, a diferencia de los buscadores convencionales, con los datos, y no con links a otros sitios.

Por otro lado, los especialistas estiman que seguirá creciendo la presencia de Internet en celulares. Hernán Galperín, que dirige el Centro de Tecnología y Sociedad de la Universidad de San Andrés, señala que la masividad de los equipos de mano hará que Internet, en algunos aspectos, se adapte a ellos. "Una de las tendencias para los accesos móviles es que ya no se otorgue a los usuarios la capacidad de conectarse para que naveguen por donde ellos quieran, sino que se les ofrezca acceso a determinados servicios o contenidos. Para algunos esto es lo más cómodo; otros, sin embargo, plantean que es preferible que la red se mantenga neutral, y que cada quien decida cómo navegarla", comenta Galperín.

La Internet del futuro va tomando forma mientras espera 1.000 millones de nuevos usuarios en los próximos años.

Revolución chavista en las bibliotecas

Domingo 17.05.2009

En Venezuela

El presidente venezolano impulsa un plan de lectura de textos sobre su proyecto socialista


Maye Primera
El País

CARACAS.- El gobierno venezolano ha decidido llenar de nuevos libros la "sección ideológica", instalada durante los últimos cinco años en las bibliotecas públicas del país, como parte del Plan Revolucionario de Lectura (PRL) que busca estimular a los nuevos lectores y, sobre todo, "reafirmar los valores conducentes a la consolidación del hombre nuevo y la mujer nueva, como base para la construcción de la patria socialista", "desmontar el imaginario del capitalismo" y "recontextualizar la historia", según el Ministerio de Cultura.

"Leer, leer, leer y leer, consigna de todos los días. Lectura para la conciencia", dijo el presidente Hugo Chávez, al anunciar hace días el lanzamiento del proyecto. "Tenemos que inyectarle a la contrarrevolución todos los días una dosis de liberación a través de la lectura", afirmó.

Buena parte de la literatura que sustenta el entramado ideológico de la revolución ya está en los estantes. Las bibliotecas han sido equipadas a toda máquina con ejemplares de El socialismo venezolano y el partido que lo impulsará , un libro escrito a cuatro manos por el ministro de Finanzas, Alí Rodríguez, y el vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela, Alberto Müller Rojas. También con títulos como ¿Por qué soy chavista?, del ex ministro del Poder Popular para la Cultura, Farruco Sesto, e Ideas cristianas y otros aportes al debate socialista , que reúne extractos de los discursos de Hugo Chávez en torno al tema de la condición socialista de Jesús de Nazaret. Tampoco faltarán tomos sobre el pensamiento del Che Guevara y El Manifiesto Comunista .

¿Es un proyecto ideológico? "Sí que lo es", dice Edgar Páez, representante de la Oficina Nacional del PRL, con la convicción de que hasta las recetas de cocina guardan entre sus líneas un metamensaje ideológico. Una de sus preocupaciones, dice Páez, es que "nuestros niños están siendo formados con libros que aún llaman «descubrimiento» a la invasión del imperio español u otros eufemismos que buscan endulzar el genocidio de los pueblos originarios. Nosotros queremos comenzar a llamar a las cosas por su nombre".

Escuadras para leer

En su primera etapa, el PRL está dirigido a los adultos de las organizaciones vecinales, obreras y estudiantiles creadas por el Gobierno como base social de su proyecto político: a los consejos comunales, a las empresas de producción socialista, a las aldeas universitarias. Luego vendrá el turno de las escuelas y los hospitales.

La aplicación del PRL tiene un cronograma muy concreto. "Primero viene el momento de la selección y organización de los grupos, en el que debemos atraer a la gente hacia la lectura con libros como las Cartas de amor de Manuela Sáenz a Simón Bolívar , para que le agarren el gusto al asunto y no se aburran. Después viene el trabajo ideológico y la división en escuadras revolucionarias de lectura", dice Luisa, presidenta de un consejo comunal.

Aparte de los libros antes mencionados, se promoverá la lectura de alrededor de un centenar de obras de autores venezolanos y extranjeros, todas editadas en el país y repartidas en forma gratuita. Entre ellos aparece Inventamos o erramos , escrita en el siglo XIX por Simón Rodríguez, maestro de Simón Bolívar, y algunos textos que fueron objeto de culto entre la izquierda venezolana de los 60 y 70 como Venezuela violenta, de Orlando Araujo y Teoría de la ideología, de Ludovico Silva. También se incluyen libros más recientes como Dictadura mediática , de Luis Britto García; Discursos de Chávez , de Leonardo Ruiz; Che, comandante del Alba, de Modaira Rubio; y El código Chávez , de Eva Golinger.

16/5/09

La UBA pagará derechos por las fotocopias que usen sus alumnos

Domingo 17.05.2009
Fin para un uso ilegal / Un convenio que ya firmaron diez universidades del país

La institución acordó abonar una suma por estudiante y licencias por las máquinas

Susana Reinoso
LA NACION

En un hecho que marca un hito en la en la defensa de los derechos de autor, la UBA firmó con el Centro de Administración de Derechos Reprográficos (Cadra), un convenio para reproducir obras protegidas con licencia otorgada por esa entidad, que nuclea a editores y escritores. Vale decir, que se regulará la emisión indiscriminada de fotocopias en todas las sedes académicas de la UBA, lo que ha constituido históricamente una ilegalidad.

El presidente y la vicepresidenta de Cadra, Carlos Pazos y Ana María Cabanellas -ex presidenta de la Unión Internacional de Editores- puso de relieve la relevancia de este convenio, que por tratarse de la UBA se convierte en un acuerdo rector para otras universidades y organismos de estudio que, hasta hoy, habían limitado similares acuerdos a que la UBA suscribiera el propio.

SDi es muy importante con las dificultades que tiene para nosotros controlar de algun modo la venta de footcopias en las distintas sedes academicas de la UBA

En un hecho que pone fin a una situación de ilegalidad, la Universidad de Buenos Aires (UBA) firmó con el Centro de Administración de Derechos Reprográficos (Cadra) un convenio para regular la reproducción de obras protegidas en todas las sedes académicas de la Universidad. Vale decir que el uso indiscriminado de fotocopias será finalmente ajustado al respeto de la ley de protección de derechos intelectuales, la 11.723.

El convenio establece que la UBA pagará a Cadra -que reúne a escritores y editores- $ 12,72 anuales por cada alumno de sus 300.000 inscriptos. Y, a su vez, los centros de estudiantes con personería jurídica que tengan máquinas fotocopiadoras pagarán también una licencia anual otorgada por Cadra, única entidad que en el país representa además los derechos de reproducción de obras de más de 20 países. El monto es de $ 1700 anuales por fotocopiadora.

Del convenio en adelante se fija un límite a las fotocopias. Sólo podrá reproducirse hasta el 20% de un libro, o un capítulo completo. Y en el caso de las revistas, un artículo completo con fines educativos.

No obstante, el acuerdo sellado por cuatro años con la UBA contempla que -dada la situación presupuestaria y financiera de la casa de estudios- el pago por alumno sea una suma simbólica, que la Universidad ya comenzó a pagar en mensualidades, y que alcanza los $ 300.000 por año. Para Cadra, representa un punto de partida que consolidará otros acuerdos.

En respeto de la ley

Entre las universidades a las que Cadra ya otorga licencias para reproducir obras protegidas se encuentran Di Tella, UCA, San Andrés, Austral y Abierta Interamericana, entre las privadas. De las públicas, firmaron también acuerdos las de Tres de Febrero, Quilmes, UTN, Lanús y La Plata, en tanto La Matanza y la Universidad del Centro tienen sus licencias en trámite.

Además, hay tres bibliotecas incluidas. Son las de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, el Congreso de la Nación y la Legislatura porteña.

El presidente y la vicepresidenta de Cadra, Carlos Pazos y Ana María Cabanellas -ex presidenta de la Unión Internacional de Editores-, respectivamente, pusieron de relieve que las fotocopias de obras académicas están controladas en otros países: "España y México, que tienen una gran producción intelectual, son los que más presionan para que se proteja el derecho de sus autores".

Algunos de los socios escritores de Cadra son Marcos Aguinis, Atilio Alterini, Elsa Bornemann, Pablo De Santis, Mempo Giardinelli, Aldo Ferrer, Martín Kohan, Adriana Puiggrós y Beatriz Sarlo.

El acuerdo constituye un hecho histórico por varias razones: primero, porque el uso indiscriminado de fotocopias viola el derecho de autor, protegido por la ley 11.723. Luego, porque varias entidades y universidades han condicionado la firma de otros tantos convenios a que la UBA lo hiciera primero. Finalmente, porque la gestión de Cadra con la UBA había comenzado en las postrimerías de "la era Shuberoff" y concluyó en la gestión del actual rector, Rubén Hallú. Todas las negociaciones con Cadra que llegaron a buen puerto fueron encaminadas por el secretario general, Carlos Más Vélez.

Para Más Vélez, la próxima etapa será conseguir para los estudiantes universitarios libros de estudio de calidad y a más bajo costo. "Esa es nuestra función como universidad pública", señaló a LA NACION.

El acuerdo alcanzado contempla también una negociación de más largo plazo: el acceso al libro con fines educativos, que muchos estudiantes no pueden comprar por el elevado precio de tapa. Según la encuesta de Cadra -de hace cuatro años-, "la práctica de las fotocopias de libros es un fenómeno muy habitual en nuestro país, con efectos nocivos para la industria editorial, los autores y los libreros".

Los libros científicos, técnicos y médicos son los que más sufren. Con datos de esa encuesta, en 2004 nueve de cada diez universitarios estudiaban con fotocopias. La tendencia supera el 42% en Ciencias Sociales, Derecho y Ciencias de la Salud.

Freud y Klimovsky, entre los perjudicados

  • Para comprender el impacto que la fotocopia tiene sobre el libro, basta un ejemplo. En 1973, un sello de libros jurídicos vendía en la Feria del Libro de Buenos Aires 10.000 ejemplares. En 2009, entre 800 y 1000. La ecuación es: más fotocopias, menos libros y más caros. Sigmund Freud, Gregorio Klimovsky, Mario Bunge, Néstor García Canclini, Beatriz Sarlo, Eliseo Verón, Guillermo O?Donnell, Karl Marx, Anthony Giddens, Michel Foucault y Gilles Lipovetsky integran la lista de autores más perjudicados por el fotocopiado ilegal de libros en el país, según un relevamiento de la Cámara Argentina del Libro.

"La lectura es un medio para ser libre"

CARACAS, lunes 04 de mayo, 2009

Entrevista // Virginia Betancourt Valverde


"La biblioteca pública es la biblioteca detestada por todos los regímenes totalitarios o dictatoriales"

Virginia Betancourt repuso los libros de su padre que fueron desincorporados de la biblioteca pública de Guatire (Cheo Pacheco)

Virginia Betancourt examina lo que significan las recientes desincorporaciones de libros en algunas bibliotecas públicas del país, y lo que debe ser un plan de lectura: no en balde, la hija del ex presidente Rómulo Betancourt estuvo durante 25 años -de 1974 a 1999- al frente del Instituto Autónomo Biblioteca Nacional, y, como ella misma asegura, "crecí escuchando la palabra libertad".

Por si fuera poco, Betancourt acaba de ser testigo de la desincorporación de 107 libros de su padre de la biblioteca pública Don Luis y Misia Virginia de Guatire -patria chica del fundador de Acción Democrática-, bajo los criterios de "desactualizado", "mal estado" y "no pertinente", según el acta fechada el 12 de junio de 2008. Sin embargo, dice Virginia Betancourt: "Los libros se reponen. Esos de mi papá los llevé de vuelta a Guatire, los entregué".

Pero hay cosas que son más difíciles de recuperar.

-¿Qué hay detrás de la desincorporación y destrucción de los libros, recientemente llevadas a cabo?

-Yo creo que esa desincorporación es un signo de la tradicional complicidad en cadena de la cultura venezolana, porque allí participaron muchos funcionarios: probablemente una orden de la institución mayor, luego una directora o director que aceptó esa orden, funcionarios que firmaron la desincorporación y una empresa que aceptó que se llevaran libros; y libros en buen estado o en estado regular que se convirtieron en pulpa de papel. Esa tradición de complicidad de la cultura nuestra se exacerba si los funcionarios que están al frente de los servicios están allí por razones políticas y sienten que priva la orden del partido sobre la Constitución, sobre el derecho de los ciudadanos y sobre su propia dignidad. Y por otro lado está el cambio de uso de los servicios.

-¿A qué se refiere ese cambio de uso?

-Lo que quiero plantear es que todo esto forma parte de un proyecto mucho más complejo, y no creo que se trate solamente de destruir unos libros o quemarlos o convertirlos en pulpa de papel. Implica cambiar la naturaleza de la biblioteca pública, no solamente de la colección sino de su función.

-¿Por qué podría ocurrir?

-Porque la biblioteca pública es la biblioteca detestada por todos los regímenes totalitarios o dictatoriales. En la Unión Soviética no había bibliotecas públicas, ni en Cuba, yo fui y no la había. La biblioteca pública es el único servicio público en el que durante muchas horas al día pueden encontrarse personas de distintas clases sociales, de distintas edades, de diferentes intereses bajo un mismo techo y aprender a convivir. Porque si vas a un hospital, están los enfermos; si vas a la iglesia, están los creyentes; si vas al cine, está la película. Mientras que una biblioteca pública es el sitio más abierto.

-Pero respecto a la desincorporación de libros, debe haber criterios, reglamentos.

-Efectivamente, hay casos en los que el libro excede su uso, y cuando no hay dinero para reponerlos se encuadernan en tapa dura o se protegen con plástico. Pero para deteriorarse 65 mil libros, hay que verle la cara. Me parece un poco exótico que todos tengan hongos. En ningún país del mundo se ha dado, a menos que haya habido una inundación o una catástrofe, que en circunstancias regulares un número tan alto de libros se deteriore o llene de hongos simultáneamente. Eso, simplemente, no ha sucedido y hay que ponerlo en el libro de Ripley (Aunque Ud. no lo crea).

-Pero pasa en las bibliotecas públicas...

-Las bibliotecas fueron naciendo no en forma arbitraria, sino porque la gente se las fue ganando. Por eso me parece grave su cambio de uso. Allá en Guatire vi que la sala infantil la convirtieron en sala de computadoras. Eso lo vi en la Unión Soviética y en Cuba: el énfasis en tecnología es muy alto, no así en humanidades. Es mejor que busques una información específica en una máquina, y no que sueñes y te regodees en el área de literatura o ciencias sociales. Peor, que se comparen dos versiones del mismo hecho histórico. La idea parece ser sustituir esa búsqueda de alternativas y opciones por algo más sencillo y con información menos variada. Es obvio que hay una absoluta contradicción más entre lo que se dice y lo que se hace.

-¿Es como limitar el derecho a leer?

-Pienso que la lectura es uno de los principales medios que tiene el hombre para ser libre. Yo fui testigo de esa mística de la gente que se fue al interior a convencer a gobernadores a que dieran aportes para un servicio que ellos nunca habían visto, y nosotros no sentíamos que eso tenía que ser divulgado en forma sistemática, eso fue un error.

-¿Les faltó más divulgación?

-Sí, fue un error. Estábamos sobrecargados de trabajo con la Biblioteca Pública de Caracas (la Simón Rodríguez), ese bello edificio art decó en la esquina El Conde. Tiene obras de arte, es un templo y un símbolo de lo que queríamos que fuera Venezuela. El énfasis fue en ciencia y tecnología porque fue lo que los usuarios querían. Las colas llegaban, los días sábados, a la plaza Bolívar. Todos se apropiaron de esa biblioteca, porque la gente será pobre pero no tonta: tenía aire acondicionado, sillas cómodas y no de plástico. Se tenían materiales actualizados y hasta logramos la mejor preservación de los mismos.

-Eso vale también para los hemerográficos...

-Sí, incluso hasta la forma en que se ubiquen: los periódicos es mejor ponerlos horizontales y no verticales, nunca más de tres tomos por estante. Todo esto lo indico porque el cambio de noción de biblioteca ha llegado a la Biblioteca Nacional, por una equivocada interpretación del derecho a la información: cualquier hijo de vecino tiene acceso a originales, que eso no se da en ningún país desarrollado, ni en la Unión Soviética ni en los países de su área de influencia cuando la tuvo. La colección de libros raros y manuscritos es solamente accesible a especialistas que vienen acreditados, porque simplemente hay un solo original. Por ejemplo, la partida de nacimiento de Teresa de la Parra es única, no hay tres. Los libros que están por depósito legal no se prestan al público, porque esa es la memoria del país de aquí a tres mil años, y eso se está prestando como cualquier otro ejemplar.

-Recientemente el presidente Chávez habló de un plan de lectura socialista, revolucionario...

-Es perfectamente válido, si así lo decide el Gobierno, que haya una sección de libros ideológicos, pero en esa sección también deben aparecer los de otros partidos políticos. El problema reside en que solamente hay la línea ideológica de un partido, el partido de gobierno.

-¿Los planes de lectura deberían tener algún signo ideológico?

-No, de ninguna manera. Si es de promoción de lectura, no hay nada como acercarse a un libro que dé placer. Los libros son placenteros, uno disfruta de ellos. Un plan de lectura no se llama así, sino que es un plan de orientación ideológica, porque los partidos tienen la obligación de dar orientación ideológica. Esa es parte de la función de un partido. Pero un gobierno no debe poner sus instalaciones y sus recursos para adoctrinar con una sola línea. Como siempre, hay una distorsión de las palabras, de los servicios.

-¿Por qué es tan difícil dar índices de lectoría?

-Eso es muy difícil, primero que nada porque en este país los valores han cambiado, y lo importante es tener cosas. El aprendizaje de la lectura es un compromiso de las familias, de la comunidad y de la escuela. Si no están esos tres elementos incorporados, el aprendizaje es deficiente, pretendemos que la gente aprenda a nadar sin agua. Tenemos niños que aprenden a través de la televisión, lo urbano, y los niños que viven en las ciudades tienen múltiples vivencias, múltiples intereses y no se les va a dar un solo libro desde que empiezan el primer grado hasta que terminan, porque allí la lectura empieza a ser algo de verdad muy fastidioso.

-En Medellín las bibliotecas públicas salvaron a la ciudad de la violencia.

-Sí, lo que pasa es que esas bibliotecas son templos. Acá son unos localcitos comerciales.

-¿Cómo siente usted todo este problema de las bibliotecas públicas, después de haber estado tanto tiempo al frente de la institución? ¿Horror o tristeza?

-A mí me duele Venezuela. Siento que la Biblioteca Nacional es de todos, y lo que le tocó es lo que le está tocando a las instituciones públicas. Tengo fe en que los que están allí y se formaron están tratando de que las cosas funcionen, que le funcione el aire acondicionado a la Colección de Fotografías del Caribe, que es Patrimonio de la Humanidad, porque se lo quitas, y las fotografías empiezan a cocinarse, igual el deshumidificador, y eso no es culpa de los funcionarios.

-¿Será culpa del recorte de gastos?

-Será. Se nos está cayendo el edificio y no nos damos cuenta.

amhernandez@eluniversal.com

http://www.eluniversal.com/2009/05/04/til_art_la-lectura-es-un-me_1373222.shtml

11/5/09

“Transmitir el hábito de la lectura es una tarea sutil”


Lunes, 11 de Mayo de 2009

ENTREVISTA A LA SOCIOLOGA Y ANTROPOLOGA FRANCESA MICHèLE PETIT



La autora de Lecturas: del espacio íntimo al espacio público desconfía de ciertas políticas de promoción cultural. “El peligro de que las autoridades coincidan en este ‘hay que leer’ es que muchos chicos salgan corriendo a jugar a los videojuegos”, señala.


Por Silvina Friera

En el colegio se aburría, en la universidad no lograba sentirse cómoda. La vida de la socióloga y antropóloga francesa Michèle Petit, tironeada entre el Pato Donald y Thomas Bernhard, es como una película filmada en los márgenes de la gran industria cinematográfica. En junio de 1940 un muchacho de dieciocho años, su padre, abandonó París justo cuando el ejército alemán invadía el norte del país. Durante su fuga, el padre conoció a un grupo de refugiados políticos españoles que huían del franquismo. Y aprendió y cantó las canciones de la República. La familiaridad con el español le facilitó que años después partiera rumbo a Colombia, con una hija de trece años, para dar clases de matemática en un centro universitario. Sus primeras exploraciones como lectora empezaron en una biblioteca, la de la Alianza Colombo-Francesa de Bogotá, en medio de las plantas tropicales. Los libros le permitían construirse a sí misma, le decían que no estaba loca ni era tan rara, que había otras maneras de vivir y de pensar. Después de tres años regresó con su familia a París. Otra vez al Liceo, al rebaño uniformado con las blusas de color beige, a la asfixia de las aulas. Mayo del ’68 la sorprendió deambulando por las calles, observando cómo la gente discutía a lo largo del boulevard Saint Michel. Por fin ocurría algo, el mundo parecía cambiar. Una pena de amor la excluyó de esa fiesta. Las carreras literarias eran para las jóvenes de la burguesía de alcurnia, pero Petit pertenecía a una clase media en ascenso que debía ser moderna y estudiar alguna carrera científica. Se anotó en Sociología como solución intermedia entre las letras y las ciencias. Pero la literatura la salvó. A los 22, decidió estudiar griego moderno. Y anduvo por España y Grecia, por México y Guatemala. Después de investigar las diásporas china y griega, en 1992 comenzó a trabajar el tema de la lectura y la relación de distintos sujetos, especialmente de ámbitos rurales o barrios marginales, con los libros.

Petit se siente como en casa en Buenos Aires, “ciudad de gigantes”, como la define en el prólogo de Lecturas: del espacio íntimo al espacio público (FCE), que visitó por primera vez en la Feria del Libro del 2000. El sábado cerró el II Encuentro Nacional de Bibliotecas Populares, organizado por la Conabip, ante más de 1100 bibliotecarios. Los ojos curiosamente insaciables de la antropóloga francesa están siempre en estado de alerta. Es una cazadora que no quiere que nada se escape de la telaraña envolvente que teje con su mirada. El color de sus ojos varía de acuerdo a cómo la ilumina la luz. Si es de frente, parecen verdes tirando a grises, si es de lejos o de forma oblicua, el color es miel o avellana. “Si hoy fuera adolescente, ante estos discursos que se repiten hasta el hartazgo de que ‘hay que leer’, creo que me iría a jugar a los videojuegos en vez de leer”, admite la antropóloga en la entrevista con Página/12 mientras camina por los pabellones de la Feria en busca de un café donde poder charlar un poco más tranquila.

–¿Por qué conviven de un modo un tanto esquizofrénico ese discurso imperativo, “hay que leer”, con la visión de que la lectura sigue siendo una actividad peligrosa o prohibida?

–Las generaciones anteriores, en muchas circunstancias, leían bajo las sábanas, con la lámpara iluminando apenas el libro, contra el mundo entero. Pero ahora la lectura aparece como una faena austera a la que uno debe someterse para satisfacer a los adultos. El peligro de que las autoridades políticas, educativas, maestros y padres coincidan en este “hay que leer” es que muchos chicos no quieran leer y salgan corriendo a jugar a los videojuegos. Poder transmitir el hábito de la lectura es una tarea muy sutil. A veces los discursos que hay en torno de la lectura tienen algo que va en contra de lo que pretenden defender. El tema de las prohibiciones no ha caducado. Cuando empecé a trabajar sobre la lectura hace unos quince años, en Francia, en medios rurales y en barrios marginales, me impactó rápidamente el hecho de que la gente que se había convertido en lectora evocaba espontáneamente los miedos que había tenido que traspasar, las prohibiciones que existían en su medio social contra la lectura. Por ejemplo, el miedo a pasar por perezoso, pero “¿para qué sirve la lectura?”, “eso es inútil”; otro miedo era ser visto como un egoísta. En los medios sociales donde se privilegian mucho las experiencias compartidas, la lectura en la habitación propia entre comillas aún hoy en día está mal vista.

–Leer aísla, disgrega a la persona de su grupo, pero también es una actividad rodeada de un halo de misterio, ¿no?

–Claro. Me acuerdo que una vez un señor que viajaba conmigo en un avión, cuando se enteró de que yo trabajaba sobre la lectura me dijo que las mujeres que leen son egoístas (risas). Ese secreto, ese misterio de la persona que lee, también hace que uno se vuelva lector. La mayoría de la gente que es lectora siempre evoca escenas iniciáticas: la madre, la abuela o el padre que le cuenta historias al niño o que le lee en voz alta. Pero también hay otra escena, donde los padres o los abuelos no le leen al niño, pero ellos leen, y el niño los observa y está fascinado. ¿Dónde están? ¿Qué es lo que hay en ese libro? A veces uno se convierte en lector porque quiere encontrar el secreto o misterio que tiene el libro. Y cuando no es en la familia, puede ser a través de un mediador, si se trata de un docente o un bibliotecario que tiene una incidencia fuerte en el niño.

–Usted se opone a la expresión “construcción del lector”, en la que se explicita la idea de que el lector se puede “fabricar”. ¿A qué atribuye la generalización de esta idea?

–La verdad que la expresión “construcción del lector” la descubrí en América latina, en México, Colombia y la Argentina. Me parece una idea de lo más ingenua; cada vez que la escucho pienso en la imagen de Frankestein, “vamos a construir un lector”. Es curioso porque se trata de una posición omnipotente: “Nosotros tenemos el poder de construir lectores”. Cuando empecé a trabajar con la lectura, mi primera referencia teórica fue Michel de Certeau, un investigador atípico que amaba mucho a América latina. A él le interesaba lo que pasaba del lado del lector, lo que el lector creaba. Lo que me interesó siempre fue situarme del lado del lector, estando atenta a sus maneras propias de construir sentido con lo que encontraba en los libros, de construirse a sí mismo con palabras o historias robadas de acá o de allá. Y digo robadas porque De Certeau decía que la lectura era una “caza furtiva”. La cultura se hurta, se roba; es la única manera de que funcione. Lo difícil, pero lo interesante para el mediador, es que pueda contagiar las ganas de apropiarse, de robar. Lo que podemos hacer es multiplicar las oportunidades del encuentro con personas que no repitan el imperativo “hay que leer” sino que tengan una actitud mucho más sutil frente a la lectura.

Ampliando este rechazo a la “construcción de lectores”, en uno de los ensayos de Lecturas... Petit sugiere por qué la lectura no es compatible con la idea de promoción. “¿Se le ocurriría a alguien promover el amor, por ejemplo? ¿Y encargar el tema a las empresas o a los Estados? –se pregunta la antropóloga en ‘Los lectores no dejan de sorprendernos’–. Sin embargo, eso existe. En Singapur, donde realicé investigaciones hace unos quince años, el Estado fletaba barcos del amor y los ejecutivos de empresas, solteros de ambos sexos, eran insistentemente alentados a embarcarse en esos cruceros. Me parece que éste sería un buen método para fabricar todo un pueblo de frígidos.”

–Algunos afirman que la lectura es un placer, una actividad lúdica; otros plantean que decir que la lectura es un juego es engañoso, además de frustrante, porque oculta que detrás de todo placer hay una dificultad. ¿Cuál es su posición ante estos discursos?

–El discurso del placer surgió siguiendo a Daniel Pennac, que había escrito su libro, Como una novela, en reacción a un discurso que hacía de la lectura una faena austera. Por favor, si no hay un gozo, una alegría, un placer, entonces para qué leemos. Aunque él lo planteaba de una manera más compleja, quienes retomaron esta idea la redujeron solamente al “placer de leer”. A una persona que ha crecido en un medio alejado de la cultura escrita y que le cuesta leer, si se le dice que leer es un placer, pero él no lo siente, se lo está excluyendo aún más. Es un poco complicado el tema del placer. Aprendí mucho de los propios lectores que entrevisté en medios rurales, en barrios marginales o en contextos difíciles de violencia. Esa gente no habla tanto del placer de leer. Lo que más me impactó es que evocan de qué manera la lectura les había permitido construir un poco de sentido a su experiencia humana. En Colombia, estuve con chicos que han padecido la violencia y han vivido cosas atroces; han visto morir a amigos y tienen un caparazón durísimo, heridas terribles producto del terror. Muchos ni siquiera pueden hablar. Pero de pronto se encontraban en espacios de lecturas y narración oral de historias típicas de Colombia y empezaban a recordar. Y hacían un relato de la propia vida que antes no habían podido desencadenar. La lectura reactiva el pensamiento en contextos difíciles. No vamos a pecar de ingenuos, tampoco lo soluciona todo, pero demuestra la importancia que tiene la lectura en la construcción o reconstrucción de uno mismo. Esta es la dimensión que más me interesa de la lectura, de la que menos se ha hablado, y no tanto la mera visión de la lectura como placer o distracción. Para los chicos colombianos no es una mera distracción sino que la lectura les permite integrar a su memoria sus propias historias.

–¿La palabra placer estaría asociada a un léxico típico de las clases medias?

–No. La experiencia de la lectura no es diferente de un medio social a otro. Los seres humanos estamos siempre en busca de ecos exteriores, de decir la experiencia, un duelo o estar enamorado, que no son experiencias fáciles de poner en palabras. No es por casualidad que todas las sociedades han tenido escritores, poetas, psicoanalistas, que observan la experiencia humana y que tratan de escribirla de manera condensada y estética. Todos estamos en busca de un eco de lo que pasa en nosotros.

–¿Qué opina de los discursos catastrofistas que advierten que cada vez se lee menos cuando cada vez se publican más libros en el mundo?

–Los escritores parece que temen quedarse sin clientela (risas). A esta feria viene un millón de personas, siete veces más que en la Feria del Libro de Francia, a la que van unas 160 mil personas. Acá viene gente de sectores populares, no como en Francia que es sólo para las clases medias escolarizadas. Yo no comparto ese discurso catastrofista porque tiene un efecto contraproducente y la realidad es mucho más compleja.

–¿Por qué se deposita en el libro una suerte de “utopía de la salvación”, como si leer inmunizara de todos los males, aun cuando no impidió el nazismo en Alemania ni la dictadura militar en la Argentina?

–La lectura no va a solucionar los problemas del mundo. No forzosamente construye gente crítica, con distanciamiento. Pero el que no puede apropiarse de la cultura escrita está más marginado de la sociedad. La lectura no te garantiza nada, pero si no tienes ese derecho estás más excluido porque vivimos en una sociedad donde se cambia rápidamente de trabajo y hay que estar permanentemente capacitándose. La lectura tampoco garantiza una ciudadanía activa, pero si no leés tenés mucho menos voz y voto en los espacios públicos. La lectura te permite transitar pasarelas, generar caminitos con sutileza, inventar mediaciones que facilitan la apropiación de la cultura escrita.

–En Del Pato Donald a Thomas Bernhard. Autobiografía de una lectora nacida en París en los años de posguerra confiesa que la escritura fue algo prohibido para usted, que era el privilegio de su madre, que tocarla “era como robarle sus vestidos”. ¿En su próxima visita entrevistaremos, finalmente, a Michèle Petit novelista?

–(Se ríe a carcajadas) Escribí una mala novela, que gracias a Dios no fue publicada, para repararme de una pena de amor. Escribo, es cierto, pero nunca se sabe qué puede pasar.