28/12/09

Los libros no muerden, hablan

Comprendido dentro del Plan Nacional de Lectura, en Villegas se realizó en 2009 el proyecto Villegas en Palabras. Como eje, la idea de que la lectura en voz alta promueve la atención en clase y la relación docente-alumno. Repercusiones favorables.

En el marco del Plan Nacional de Lectura, el proyecto Villegas en Palabras, realizado entre mayo y diciembre de 2009 en 92 escuelas del municipio de General Villegas, en la provincia de Buenos Aires, tuvo como objetivo evaluar el impacto de las acciones que promueven la lectura en voz alta en el interior de las aulas. De los resultados que se desprenden de esta iniciativa, el 90 por ciento de los docentes afirmó que ese espacio compartido de lectura en voz alta ayudó a mejorar la atención de los chicos durante la clase y el 89 por ciento resaltó que creció la relación entre docente y alumno. Lo que se busca con este plan es que la lectura “sea una actividad central en las escuelas, sirva para recuperar el espacio y se convierta en un camino para la formación de lectores”, aseveró Margarita Eggers, la directora del Plan Nacional de Lectura.

Con el apoyo y el acompañamiento del equipo del Plan Nacional de Escuelas del Ministerio de Educación, Villegas en Palabras se realizó durante el año lectivo 2009. De este trabajo participaron 6828 alumnos del nivel inicial, primario y secundario y 976 docentes de escuelas urbanas y rurales del distrito. El 68 por ciento de la población educativa de Villegas se involucró con las actividades de lectura que se organizaron en tres ejes: el primero consistió en la lectura en voz alta, en el que un adulto, ya sea padre, docente o personal del establecimiento, leía durante 15 minutos antes de empezar la clase, explicó a Página/12 Margarita Montoya, la directora del Centro de Investigación Educativa (CIE). “Se trató de hacerlo al comienzo para que se cree un momento de relajación y placer”, antes de iniciar el tema, afirmó Eggers. El segundo eje implicó la capacitación docente y el tercero estuvo dedicado al encuentro con distintos escritores, entre ellos Esteban Valentino, Mario Méndez y Sandra Comino.

En General Villegas, desde el 2001, se realizaba un proyecto similar, pero sólo para el nivel primario, impulsado por referentes de la biblioteca pública y las escolares, el equipo de inspectores de ese nivel y el CIE. Así, el proyecto de 2009 fue elaborado por el CIE y la Inspección Distrital, teniendo en cuenta las sugerencias del plan de lectura, que proporcionó material, brindó las capacitaciones y se encargó del seguimiento de los resultados.

Según el estudio del proyecto, el 75 por ciento de los docentes consideró que las prácticas de lectura en voz alta provocaron el aumento de participación de los alumnos durante la clase, promovieron el acercamiento de los chicos a la biblioteca, perfeccionó su expresión oral y escrita, y mejoró el desempeño en aquellos que manifestaban problemas de concentración y disciplina. Esta actividad “se transformó en una necesidad. Por lo que pudimos observar cuando los docentes no la realizaban, por algún motivo, los alumnos la pedían”, afirmó Eggers.

Al 30 de noviembre, durante las clases, se realizaron más de diez mil lecturas compartidas entre docentes y alumnos, lo que representa un promedio de 85 lecturas diarias, arrojó el estudio, que demostró además, que los meses de trabajo más intensos coincidieron con la vuelta a la escuela luego del receso escolar prolongado por la gripe A. Además, “a fin de año se incluyó a los alumnos como lectores”. Incluso el 45 por ciento de los chicos del secundario propuso textos y algunos trajeron sus propios escritos, señaló Montoya.

El estudio demostró un gran compromiso de los alumnos y docentes de Villegas. Uno de los ejemplos que lo pone en evidencia es el de los profesores de la escuela secundaria: “El 70 por ciento de las materias de ese nivel no tienen que ver con el lenguaje”. Sin embargo, los profesores de matemáticas, ciencias sociales, entre otros, fueron los que se pusieron al frente de la actividad y “dedicaron una cantidad enorme de horas a la lectura”, afirmó la directora del Plan de Lectura.

Este programa, a partir de 2008 se realiza también en distintas provincias, como por ejemplo en Chaco, donde 400 escuelas secundarias trabajan con la iniciativa, según la directora del proyecto. Pensado como herramienta de formación e incentivo para recuperar una práctica dejada de lado, el plan busca además ser “una propuesta placentera”.

Informe: Rocío Ilama.

FELIZ NAVIDAD!!!

LA PEQUEÑA BIBLIOTECA DE AUSCHWITZ



En la segunda guerra mundial, en medio del horror de la locura nazi, muchos judíos consumaron un poderoso acto de resistencia. Continuaron leyendo. Ocultaron libros prohibidos que se distribuían entre sí. También, en algunos casos, aquellas obras fluían, como en la conocida novela de Bradbury Farenheit 451, de boca en boca, a través del recitado y el poder de la memoria. El ensayista argentino Alberto Manguel, a partir de un hecho personal, inicia una incursión por aquel acontecimiento extraordinario, no muchas veces atendido por los historiadores: las bibliotecas ambulantes que sobrevivieron en el espanto de los campos de concentración como una forma decidida de la esperanza. Un símbolo que brota, desde el vientre doloroso de la historia, del valor de los hombres y mujeres que, hasta el último momento, lucharon por el resplandor de su dignidad.

E.I

El fragmento que presentamos aquí pertenece a una obra de futura publicación. Agradecemos por habernos puesto en conocimiento de tan valioso texto a Pablo Hacker para quien, a través de sus palabras:

"A partir del hallazgo de un libro litúrgico judío en el mercado de pulgas de Berlín, el ensayista argentino (Alberto Manguel) remonta el circuito secreto de los libros en los campos de exterminio nazi".

Galeano: “Mi trabajo más felicitado, más laureado, que circula por Internet no me pertenece”





http://www.aporrea.org/actualidad/n147753.html

Gatos Bibliotecarios!


http://www.ironfrog.com/catsmap.html

19/12/09

Mi foto!




http://www.buenosaires.gov.ar/areas/com_social/fotogaleria/?goRepo=152

Librarian

Kilómetros de libros




18 de Diciembre 2009

El viernes 18 de diciembre, Jorge Coscia, Juan Sasturain, Lola Berthet, Claudia Piñeiro, Iván de Pineda y Tomás Fonzi presentaron el programa de verano "Kilómetros de libros", de la Conabip, que consiste en distintos circuitos de promoción de la lectura que se realizarán a través de bibliomóviles y bibliobus durante enero y febrero de 2010. El encuentro se lleva a cabo en la explanada del Museo Nacional de Arte Decorativo (Av. del Libertador 1902, Ciudad de Buenos Aires).
BIBLIOMOVIL: Es un vehículo totalmente equipado como biblioteca circulante y pequeño centro cultural. Cuenta con material bibliográfico y multimedial para niños, adolescentes y adultos, equipamiento informático, cine, sonido y audio, plasma, impresora, acceso a Internet etc.

Esta Comisión Nacional cuenta con una flota de 9 Bibliomóviles, las cuales comenzarán a circular por la Costa Atlántica, Ciudad de Buenos Aires, Tucumán y Neuquén, recorriendo playas, balnearios y colonias de vacaciones los meses de verano con una diaria programación cultural de libre y gratuito acceso. Luego, a partir de marzo marcharán a prestar los servicios de acercar oportunidades de lectura, información y programación cultural a los ciudadanos de todos los rincones del territorio nacional que, ya sea, por razones geográficas, económicas y sociales no pueden acceder a los servicios de las Bibliotecas Populares. Adhiere, también a esta propuesta, con un bibliomóvil adicional, la Biblioteca Nacional que circulará por los sitios turísticos de la provincia de Córdoba.

Desde el año 2008, 5 Bibliomóviles vienen recorriendo más de 500 localidades, parajes y barrios de la Argentina como el Impenetrable Chaqueño, las provincias de Salta, La Rioja, Tucumán y Neuquén, zona de Las Lagunas de la Provincia de Buenos Aires, Ciudad de Buenos Aires y Conurbano Bonaerense. A partir de ahora la flota posee 9 vehículos, durante el año 2010 se incorporarán 5 según está previsto.

Los circuitos se desarrollan con la participación asociada y articulación entre la CONABIP, Gobiernos Provinciales, Municipios y Bibliotecas Populares bajo la modalidad de acuerdos de cooperación. Con la colaboración de empresas privadas, editoriales, empresas de ómnibus de larga distancia
BIBLIOBUS: servicio prestado por la empresa de transporte de pasajeros con responsabilidad social. Es un bus que en su recorrido normal de larga distancia incorpora una biblioteca ambulante dotada por CONABIP mediante la que se realiza el préstamo de libros para que los pasajeros disfruten de la lectura en el viaje.

En esta oportunidad el servicio estará disponible en las unidades de la empresa PLUSMAR con destino a la Costa Atlántica y Córdoba. La CONABIP dotará al servicio de bibliografía y de material de difusión de las Bibliotecas Populares localizadas en los destinos turísticos que continúan prestando el servicio al viajero, una vez arribado.


CIRCUITOS
Bibliomóvil 1
Santa Teresita
San Clemente del Tuyú
Las Toninas
Mar del Tuyú
Costa del Este
Aguas Verdes
Lucila del Mar
Costa Azul
San Bernardo
Mar de Ajó

Bibliomóvil 2
Pinamar
Ostende
Valeria del Mar
Cariló
Villa Gesell
Mar de las Pampas
Las Gaviotas
Mar Azul

Bibliomóvil 3
Mar del Plata
Santa Clara del Mar
General Pueyrredón
Mar del Sur
Miramar

Bibliomóvil 4
Reta
Quequén
Necochea
Orense
Claromecó
San Cayetano
Oriente
Monte Hermoso

Bibliomóvil 5
Neuquén
San Martín de los Andes
Villa La Angostura

Bibliomóvil 6
Tucumán
Amaicha del Valle

Bibliomóvil 7
Ciudad de Buenos Aires

Bibliomóvil 8
Córdoba
Traslasierra
Punilla

Circuito Bibliobus
Empresa Plusmar - Costa Atlántica - Córdoba

Para más información o imágenes, comuníquese con la Oficina de Comunicacion y Prensa.
Te.: +54+11 4129-2527 / 2528/2496/2497
portal@cultura.gov.ar | www.cultura.gov.ar

Afirman que leer en voz alta mejora el rendimiento escolar

Cynthia Palacios
LA NACION

Nadie duda de los beneficios de la lectura en los chicos. Pero una investigación comprobó las ventajas de leer en voz alta: esta práctica incrementó la participación de los alumnos, mejoró su capacidad de concentración, la disciplina y la expresión oral y escrita.

El estudio "Villegas en Palabras" sobre lectura en voz alta, elaborado por el Plan Nacional de Lectura del Ministerio de Educación junto con el municipio de General Villegas, indagó los beneficios de esta experiencia a partir de más de 10.115 lecturas compartidas por docentes y alumnos en clase, lo que representa un promedio de 85 lecturas por día.

La investigación se realizó en las 92 escuelas del distrito -6828 alumnos de nivel inicial, primario y secundario, y 977 docentes- en tres ejes fundamentales: prácticas de lectura en voz alta en el marco de las clases, capacitación docente y encuentro con escritores.

El 75,6 por ciento de los docentes que participaron de la investigación dijo que las acciones de promoción de la lectura, y en particular, la práctica de la lectura en voz alta se tradujo en un incremento de la participación de los alumnos durante las clases, promovió el acercamiento de los chicos a la biblioteca y mejoró el desempeño en aquellos alumnos con problemas de concentración y disciplina.

El 90 por ciento de los maestros dijo que la lectura, y los espacios compartidos de esta práctica, colaboraron con la atención de los alumnos durante la clase. El informe explicita que en el 59% "ayudó mucho" a mejorar la atención, y que también hizo más efectivo el aprendizaje general en el 43% de los casos.

"Queríamos transmitirles que con la lectura uno puede armarse otro mundo, ser escuchado, animarse", contó a LA NACION Griselda Galli, coordinadora, junto con Miriam Santiago, del Estudio Villegas. El estudio se realizó desde mayo y el cierre fue esta semana.

En la presentación del estudio, el ministro de Educación de la Nación, Alberto Sileoni, recordó que "para muchos chicos argentinos, la escuela es el único lugar donde existe la posibilidad de ser alentados en la lectura", y destacó el valor "decisivo" de las instituciones educativas.

La directora del Plan Nacional de Lectura, Margarita Eggers Lan, explicó: "En General Villegas nos pidieron que tomemos a esa localidad como testigo. Es interesante, porque nos brinda un panorama completo ya que tiene escuelas rurales y urbanas de todos los niveles educativos. El objetivo es reinstalar en todo el país la práctica de la lectura en voz alta dentro como ejercicio para alumnos y docentes, y generar nuevos lectores".

Todos los días se leía en el aula unos 15 o 20 minutos. El 28% de los maestros caracterizaron con la palabra "aceptación" la respuesta de los alumnos frente a esta experiencia, mientras que el 19% habló de "gran entusiasmo". Las ganas de leer en voz alta, la motivación para leer otros textos, el interés por conocer obras de los autores siguen entre las respuestas dadas por los docentes.

Al mismo tiempo, el 19% de los maestros consideró que las clases se volvieron más participativas y el 18% de los docentes reconoció haber ampliado sus conocimientos sobre textos y autores. También destacaron que los chicos se acercaron más a la biblioteca (17%), que mejoraron su expresión oral y escrita (14%), que los alumnos con problemas de concentración mejoraron su desempeño (12%) y los que tenían problemas de disciplina se vincularon mejor (11%), además de que los padres se involucraron más (3%).

Según detalló Galli, mientras en el nivel inicial leían los docentes, padres y abuelos, en primaria eran los maestros y los chicos que se animaban quienes leían en voz alta: "En secundaria, que fue donde más costó, al principio leían los profesores de práctica del lenguaje y humanística, dos o tres meses después leyeron los de matemática y física".

El programa incluía también encuentros con autores que leían sus propias obras. "Fue muy emocionante ver a los adolescentes y a los chicos ir a la biblioteca a buscar más libros. Y hasta tuvimos un chico de 17 años que repartió sus obras a los autores para que las juzguen, porque él quiere ser escritor", comentó Galli.

Este fue el primero de los tres años del programa. Que la experiencia sea sistemática y extendida en el tiempo les permitirá estudiar las reacciones de los chicos. En un primer balance están más que satisfechos. "Los ayudó mucho a expresarse, tenían pocas palabras y mejoró su expresión, estaban contentos de leer para otros chicos", dijo Galli.



Cuenta Cuentos


Bienvenido a Cuenta Cuentos, una propuesta especial creada para compartir con niños, adolescentes y adultos el amor por la lectura.

Aprovechando el significado de esta época del año, se nos ocurrió que era el momento justo para encontrar voluntarios con ganas de compartir un buen libro en escuelas, hogares de ancianos, jardines de infantes, hogares de madres solteras, y tantos otros espacios donde hay alguien esperando que lo acerquen al apasionante mundo de la lectura.

Nuestra misión es que el próximo sábado 19 de diciembre, en toda Latinoamérica y España, se multipliquen los espacios de lectura. Para eso, estamos buscando voluntarios y coordinadores, que tengan ganas de participar del programa.

El libro más misterioso del mundo, aún sin traducir


Se trata del libro de Voynich que tiene 250 años y fue escrito en un alfabeto desconocido.
Es probable que nunca se pueda traducir del todo, e incluso se han hecho muchas interpretaciones, pero ninguna con éxito: el libro Voynich sigue siendo un misterio para la humanidad. ¿Es un invento o el testimonio de una ciencia olvidada?
Se calcula que el volumen de la obra data de hace unos 250 años, según las últimas investigaciones, aunque en un momento se pensó que tendría unos 500. Al parecer, se trataría de un libro de texto escrito en un idioma desconocido y con un alfabeto extraño.
Las páginas del tomo están adornadas con dibujos (¿o acaso son gráficos explicativos?), ya sea de hojas, figuras humanas, o hasta de constelaciones zodiacales. El papel utilizado fue pergamino, escrito con pluma y tinta china.
Se presume que se trata de un texto científico, ya que la longitud de las palabras no concuerta con la Ley de Zipf, que establece que las palabras que más se repiten en un idioma son las cortas. Por eso, se cree que está escrito en un idioma ficticio al no haber "economía lingüística".
El libro fue visto por primera vez en 1912, cuando el especialista en libros antiguos Wilfrid M. Voynich lo adquirió. La biblioteca Beinecke de libros raros y manuscritos, en la Universidad de Yale. (Fuente: Minutouno)

http://www.prensalibreonline.com.ar/dblog/noticia.asp?id=7130

Instituto Nacional del Libro: Velar por las restricciones




http://www.derechoaleer.org/2009/11/instituto-del-libro-velar-por-las.html

La Facultad de Agronomía abre un repositorio con valiosas obras luego de un programa de conservación


Colección Arata en la Biblioteca Central de la Facultad de Agronomía

Buenos Aires. A partir del 5 de diciembre investigadores del país y del mundo podrán consultar la Biblioteca Arata, valiosa colección de libros, manuscritos y fotografías que ha estado cerrada al público por muchos años y que perteneció a Pedro Narciso Arata, un bibliófilo de la generación del 80. Gran parte de su colección de libros se encuentra en la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires. La apertura de esta colección es posible gracias al proyecto de puesta en valor que lleva a cabo la Biblioteca Central de la Facultad con el apoyo del Programa para Bibliotecas y Archivos Latinoamericanos que administra el David Rockefeller Center for Latin American Studies, Harvard University, a través de un fondo de la Andrew W. Mellon Foundation.

En el año 1946 la Facultad de Agronomía y Veterinaria de la UBA recibió en donación una parte importante de la colección de 32.000 volúmenes que perteneció al Dr. Pedro Narciso Arata (1849-1922), quien fue el organizador y primer rector del Instituto Superior de Agronomía y Veterinaria del Ministerio Nacional de Agricultura (hoy Facultad de Agronomía y Facultad de Veterinaria de la UBA). Esta donación —realizada por sus descendientes— constituye uno de los aportes bibliográficos más importantes que haya recibido la Universidad de Buenos Aires y consta de 14.522 volúmenes de libros y manuscritos. La Biblioteca Arata es parte integrante de la Biblioteca Central de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires, que atesora —entre otras valiosas obras— la principal colección de obras sobre Leonardo Da Vinci que hay en el país.

Pedro Arata
Arata fue químico, médico, educador y humanista, una de las personalidades distinguidas de los círculos científicos argentinos de fines del siglo XIX. Su pasión por los libros lo llevó a reunir una valiosa biblioteca privada, donde las más variadas ramas de las ciencias están tan bien representadas como las artes y la literatura. Nació en Buenos Aires el 29 de octubre de 1849. Realizó sus estudios primarios y parte de los secundarios en Italia, los que terminó en el colegio San José de Buenos Aires. Se recibió de farmacéutico en 1872 y de doctor en medicina en 1879.

En 1872 fundó con Francisco P. Moreno, Luis A. Huergo, Estanislao Zeballos y Guillermo White, la Sociedad Científica Argentina y al año siguiente, el Club industrial, actual Unión Industrial Argentina.

El proyecto de puesta en valor
La Biblioteca Arata ha permanecido por seis décadas prácticamente cerrada al público. El proyecto de puesta en valor iniciado en 2005 por la Biblioteca Central de la Facultad de Agronomía con el apoyo económico mencionado más arriba ha posibilitado que a partir del próximo 5 de diciembre la colección esté accesible para la comunidad científica de la Argentina y del mundo: Biblioteca Arata, Biblioteca Central Facultad de Agronomía UBA, Av. San Martín 4453, Buenos Aires.
[Fuente: Laura Martino]


Bradbury dice que humanidad lograra la inmortalidad al colonizar otro mundos

El escritor estadounidense, autor de "Crónicas marcianas" y "Farenheit", Ray Bradbury, aseguró hoy a sus lectores mexicanos que la humanidad debe colonizar otros mundos para lograr su inmortalidad".

En una conferencia vía satélite desde Los Ángeles (EE.UU.) con el público de la Feria del Libro de Guadalajara, Bradbury aseguró que el hombre debió quedarse hace 40 años en la Luna, formar ahí una base para continuar con la exploración hacia Marte y colonizarlo, "para encontrar la inmortalidad de la raza humana".

"¡Nosotros somos los marcianos! El hombre del futuro es un viajero espacial, sólo viviremos eternamente cuando nos reguemos por el universo. Por toda la raza humana hay que volver a la Luna y luego a Marte, tenemos que hacerlo", dijo.

El hombre que no abordó un avión hasta los 62 años, quien no tiene una computadora y es un crítico del uso de la tecnología, explicó a un público compuesto principalmente por jóvenes parte de su vida, sus motivaciones para escribir y diversas anécdotas de sí mismo.

Bradbury, un escritor autodidacta que desarrolló una gran cultura y creatividad a través de la propia lectura, confesó que en los primeros años de su vida fue un insaciable lector y que las bibliotecas públicas le proporcionaron una formación que ninguna universidad le pudo dar.

Aconsejó a los jóvenes ir a las bibliotecas, afirmó que él no fue a la preparatoria "porque era muy pobre" y añadió que se "pasaba tres días a las semana en las bibliotecas, durante 10 años".

"Las bibliotecas son esenciales para volverse un gran estudiante, las bibliotecas son gratis y las universidades son caras", sostuvo.

Refirió que algunas de las principales influencias que tuvo para escribir fueron el cine, las bibliotecas y un excéntrico mago que le dio la inmortalidad.

"Vi todas las películas existentes, vi 16 películas a la semana por varios años, como no tenía muchos recursos iba a las proyecciones gratuitas, proyectaban dos películas por día y cuatro los domingos. A los 20 años ya había visto entre 2.000 y 3.000 películas", contó.

Agregó que su amor por la literatura fue muy grande y que cuando supo de la quema de libros en Berlín durante la Segunda Guerra Mundial decidió escribir la que es considerada su obra más trascendente, "Fahrenheit 451".

"Tenía tan poco dinero, estaba recién casado y quería escribir sin gastar dinero, fui a la UCLA (Universidad de California) y en un sótano había unas máquinas de escribir a las que tenía que ponerle 10 centavos de dólar cada media hora, y en nueve días gasté nueve dólares, con eso hice la primera versión de Fahrenheit 451, ¿qué tal está eso?", relató.

El suceso más crucial en su vida, según confesó, fue su encuentro a los 14 años con "Mister Eléctrico", un mago de feria que le reveló el secreto de la inmortalidad.

Confesó que es más un escritor intuitivo que racional, por eso ha podido predecir desde el siglo XX la tecnología que existe en la actualidad y que rechaza por convicciones personales.

"Si te relajas puedes lograr esas cosas, yo no lo pienso, lo hago, lo vivo, no uso el cerebro, sino el corazón, yo atrapé ese sueño en mi cabeza y entró Dios, que a veces sale, pero a veces se queda adentro, soy emocional, es salvaje, es maravilloso", añadió.

Al responder a una de las preguntas del público, contestó que él ya es inmortal, porque tiene hijos y nietos.

Y como, según explicó, tiene casi 90 años, está por quedarse ciego y tal vez sordo y quiere vivir para siempre, tuvo que concluir la charla de más de una hora para guardar sus energías en espera de la inmortalidad.

En 10 años se perdió 20 por ciento de las bibliotecas populares


Mantener cada una de las 75 instituciones cuesta la midad de lo que se invierte en cada móvil policial. Las necesidades.

domingo, 29 de noviembre de 2009

En Mendoza funcionan 75 bibliotecas populares, pero esa cantidad representa 21 por ciento menos de los establecimientos que había hace 10 años atrás. Los datos son de la Federación Mendocina de Bibliotecas Populares y desde esa organización entienden que en nuestra provincia por lo menos debería haber 200. Además, de esas 75, 35 bibliotecas no tienen inmueble propio.

"Al Estado le cuesta mantener una biblioteca popular unos 30 mil pesos por año, y el mantenimiento de un móvil policial le sale unos 58 mil pesos, casi el doble", afirmó el titular de la institución, Leonardo Miranda.

¿Libros vs patrulleros?

La comparación de los costos de una biblioteca popular con los de un móvil policial no pretende enfrentar las funciones que cada institución cumple.

En este sentido, Miranda explica: "Cualquier actividad de contención le cambia la dinámica a ese lugar, hay algunas que tienen taller de violín y veo hijos de chacareros o de bolivianos que realmente son virtuosos. Están medio día en la biblioteca practicando. Si no estuvieran ahí, en el mejor de los casos, estarían en el surco trabajando".

Entusiasmado pone otro ejemplo: "Hay una biblioteca que saca una mesa de ping pong a la vereda y se llena de chicos, eso muestra la carencia de espacios que tienen, es sólo una mesa puesta en una vereda".

Desde la Federación vienen trabajando con un concepto ampliado de la biblioteca popular, así es que entienden que no sólo debe limitarse a prestar libros; sino también a fomentar distintas actividades artísticas que en definitiva serán una expresión del ejercicio ciudadano de las personas. Es que están convencidos de que no es casualidad que las bibliotecas populares hayan resistido tantos años.

En Mendoza hay varias que están por cumplir un siglo. Consideran que los cimientos que las mantienen vivas es la participación de la gente traducida en la acción del voluntariado comunitario. "La mayoría de las bibliotecas populares las abren los vecinos de la zona y en ese acto están ejerciendo su ciudadanía porque se abren debido a que están respondiendo a una necesidad del lugar; es raro encontrar alguna que habilitó algún particular", explica Miranda.

Si bien durante los ?90 la sociedad entera vivió distintos reacomodamientos, desde sociales hasta económicos, esos años fueron favorables para las bibliotecas populares.

"Se crearon varias porque surgió una necesidad de ocupar esos espacios para realizar actividades que el Estado estaba dejando de hacer o delegaba", recuerda Miranda y es por eso que destaca su valor social: "En una década en la que se venían abajo muchas instituciones, las bibliotecas populares lograron no sólo sostenerse, sino ampliar sus actividades. De ser un lugar que naturalmente tiene la misión de prestarle libros a la comunidad también asumieron un rol de promoción de la ciudadanía porque los vecinos que participan, se comprometen y entonces funcionan con una dinámica distinta que favorece al entorno".

Etapa de consolidación

Miranda es claro a la hora de hablar de los resultados que han obtenido con las bibliotecas populares, pero admite que todavía falta mucho trabajo. Por eso es que ahora se han decidido a encarar la etapa de "consolidación y garantías de funcionamiento". Dos son los principales ítems de esta fase: los problemas edilicios y el financiamiento.

"Es necesario el financiamiento para poder consolidar una estructura que te permita generar otras actividades además de la promoción de la lectura", explica Miranda.

La falta de edificio también es un problema, porque además de tener que juntar dinero para el alquiler, algunas bibliotecas populares funcionan en escuelas o en uniones vecinales y sus horarios, así como la organización de talleres u otras acciones, están limitados. "Muchas no pueden abrir los fines de semana o no contienen más a la comunidad porque no tienen local propio", sentencia el titular de la Federación Mendocina de Bibliotecas Populares.

Qué leen

Los pedidos de libros responden a las necesidades y características del lugar en el que está ubicada la biblioteca. En algunas se piden más texto escolares, generalmente en las que están en barrios marginales, mientras que en otras se retiran libros de literatura debido a que no hay tantos chicos en la zona.

Miranda cuenta que en Argentina, las 1.200 bibliotecas populares que hay, son las principales compradoras de libros. "Le ganan a las grandes cadenas de librerías", asevera.

Si bien los horarios varían, todas abren por la tarde un par de horas, por lo menos. Están las que además funcionan en la mañana y algunas que abren sus puertas los fines de semana.

La distribución territorial de las bibliotecas es irregular. San Rafael y General Alvear tienen casi la misma cantidad que todo el Gran Mendoza (una veintena), pero Guaymallén tiene tres y Lavalle seis.

En función de la dimensión de uno y otro departamento, lo que sucede en el departamento del norte es saludable. No pasa lo mismo en La Paz, ahí no funciona ninguna biblioteca popular. Gastón Bustelo - gbustelo@losandes.com.ar




http://www.losandes.com.ar/notas/2009/11/29/sociedad-459423.asp

La heroína que salvó las imágenes de la dictadura


Por Inbal Landau / LND

El gerente del canal quiso que grabara por sobre las imágenes de las giras de Allende, la entrega del Nobel a Neruda y la visita de Fidel Castro al gobierno de la Unidad Popular. “¿Cómo voy a borrar esa parte de la historia?”, pensó ella, y decidió esconder las fichas de esas grabaciones, que sólo volvieron a verse en la campaña del No.


En 1973, a sus 20 años y mientras estudiaba Bibliotecología en la Universidad de Chile, Amira Arratia empezó a trabajar como archivera en TVN. “Llegué cuando el centro de documentación era una incipiente bodega. Me parece que tenía como 100 ó 110 cintas y unos pocos libros. Se estaba armando recién”, dice antes de humildemente agregar: “Me sirvió juntar desde cero la historia que tenemos hoy en TVN. Eso ha sido muy gratificante”.

Para el golpe llevaba medio año trabajando en el canal. Inexperta pero con olfato, comenzó a guardar las imágenes que los militares querían hacer desaparecer y que por fin vieron la luz en la serie “TVN 40 años. Tu historia es mi historia”, donde el canal de todos los chilenos ha asumido que tergiversó noticias y, derechamente, creó montajes.

Amira -quien al poco tiempo se convertiría en jefa del Departamento de Documentación, cargo que conserva hasta hoy- se encontraba en su despacho cuando los militares irrumpieron y se llevaron una cantidad de filmes de prensa en formato telecine que ni siquiera estaban catalogados. “Mucho de este material se perdió porque ellos entraron, lo metieron en unos sacos y lo quemaron acá mismo”, recuerda.

-¿Cómo fue esa situación?
-Impactante y desconcertante porque el golpe de Estado había sido hacía muy poco, entonces yo tenía una mirada atónita, de incredulidad.

-¿De qué modo entraron los militares?
-Diría entre comillas que llegaron muy suavemente. Me preguntaron dónde estaba el telecine y (...) sacaron ese material. Como estaba el canal tomado por ellos pasaron a ser habitués: dormían aquí, había un regimiento acá adentro y hasta hacían cambio de guardia. Uno almorzaba con ellos en el casino. Entonces no fue una cosa así que llegaran en patrullas.

-¿Intentó defender el material?
-No. A uno le pregunté ¿qué va a hacer con eso?. “Lo tenemos que llevar”, me dijo pero yo, pollo, tenía 20 años, no me iba a enfrentar si tampoco sabía lo que realmente pasaba (…) pero sí supe qué hacer después, cuando me llamó el gerente y me dijo que quería todas las fichas donde apareciera material de Salvador Allende y Pablo Neruda, cuando recibió el Premio Nobel. Quería eliminar todo el material que tenía que ver con la Unidad Popular y la visita de Fidel Castro.

-¿Qué hizo usted?
-En ese tiempo nosotros teníamos un catálogo de fichas manuales (...) entonces me pidió que se lo llevara. Él puso su firma, y eso significaba que ese material había que borrarlo (...) Yo lo que hice fue devolverme de su oficina y pensar en la tremenda decisión que pesaba sobre mis hombros. No sé cómo, en qué momento, tuve ese sentido de preservación, (pero me dije) ¿cómo voy a borrar esa parte de la historia?, ese momento en que TVN transmitió en directo, vía satélite, la entrega del Premio Nobel a Pablo Neruda y las imágenes de Allende, las giras... Eran imágenes únicas, patrimonio de los chilenos, ni siquiera del canal. Del canal es la propiedad, el master, la cinta, la transmisión, pero el hecho es una cosa de todos. Como la única forma de llegar a los materiales era a través de esas fichas, yo las guardé en mi escritorio.

-¿Y las cintas siguieron guardadas acá?
-Claro, la única forma que tú tenías de identificar esas cintas era a través de un catálogo.

-¿Nunca nadie descubrió las fichas en su escritorio?
-No.

-¿Alguien sabía que usted las guardaba?
-Sí, dos personas que trabajaban conmigo. Y otras dos con las que después guardamos todo el material de los corresponsales extranjeros.

-¿Cómo fue trabajar ahí siendo contraria a la dictadura?
-Hubo momentos de mucha desazón, de tristeza, sobre todo cuando tú veías cómo se manipulaba la información (…) pero estábamos en esto más allá de lo que pasara con la dictadura, pensando que teníamos una responsabilidad futura. Nos podrían haber echado en cualquier minuto y pasó con mucha gente, pero sabíamos que eso no duraría toda la vida. Hay una frase que se ha dicho mucho y que nosotros también repetíamos: “Estas imágenes las tenemos que guardar para el nunca más”. Algún día se iban a abrir las compuertas e íbamos a poder decir, a través del archivo, a las generaciones jóvenes, a los que nacieron durante la dictadura o a los que vivieron durante 17 años viendo una sola parte de la moneda: “No señores, aquí también corrió otra historia, había otra sociedad, gente que sufría, detenidos, desaparecidos”.

-¿Cómo pudo guardar copias de lo que despachaban los periodistas extranjeros?
-Las protestas contra Pinochet empezaron en los años 82-83 y por supuesto que eso creó mucha expectativa mundial. Llegaron corresponsales de Europa principalmente. Una de estas dos personas que trabajaba conmigo pasó y se quedó mirando qué estaban despachando los corresponsales a sus países, me cuenta a mí y yo le dije que subiera una cinta e hiciera una copia y otra y siguiera copiando... al final lo copiamos todo, pero lo que yo hice fue no hacer detalle del contenido porque pensaba que si alguien venía, porque normalmente venían los militares a revisar los materiales para buscar personas que habían estado protestando, se podrían perder todas esas imágenes.

-También conservaron los montajes, ¿cómo los hacían?
-Muchas veces los periodistas me entregaban los originales, lo que realmente habían filmado. Lo que iba al aire después era la edición que decidía el editor. Era normal que se guardaran los originales, lo que pasa es que después tuvieron una relevancia histórica. Pero en ese minuto, por ejemplo, el periodista que cubrió el caso Neltume -en 1980, para la operación retorno del MIR en esa localidad- incluyó sonidos de disparos para simular un enfrentamiento armado. Él me dijo que lo iba a editar y que guardara estas cintas originales y yo las guardé.

Amira dice que armar “TVN 40 años. Tu historia es mi historia” implicó muchas horas de trabajo, pero que se obtuvo un producto “tremendamente objetivo... Creo que en estos momentos estamos donde estamos porque hemos sido transparentes a pesar de lo que nos haya tocado vivir”. Su satisfacción radica en “haber hecho un buen trabajo, donde la gente se ve retratada, se emociona. Los archivos son para eso, para mantener la historia”.

Bibliotecas escolares, a capa y espada

Son el verdadero corazón de las escuelas. Ojalá todas estuvieran nutridas y bien equipadas. Para la mayoría de los chicos son la vía privilegiada de apropiarse de las posibles lecturas del mundo. Se impone por eso defender su existencia y calidad.



Muchas veces me he preguntado por una definición posible de biblioteca escolar. Una definición que, como nos enseñó el filósofo Gastón Bachelard, pudiéramos abordar desde una poética del espacio. Cuáles serían las notas para esa definición si la pensáramos como signo; cuál es la intervención de su "cuerpo" en la vida de las escuelas, su articulación con los edificios dentro de los cuales funciona.

Sabemos que Borges se figuraba el paraíso bajo la especie de una biblioteca, pero ¿qué imagen construimos de las bibliotecas escolares los alumnos, los docentes, los padres, los escritores, los directores? Cómo observamos a ese organismo que algunos definen como el verdadero corazón de una escuela.

En varios de sus trabajos, el escritor y profesor George Steiner ensaya una hipótesis que resignifica el mito de Babel. Dice Steiner que, lejos de lo que siempre se afirma, la multiplicidad mil veces mayor de lenguas recíprocamente incomprensibles que antaño se hablaron en esta tierra no es una maldición. Steiner afirma que Babel es, por el contrario, una bendición. Y un júbilo. Y que todas y cada una de las lenguas son ventanas abiertas al ser y a la creación.

Tomemos esta idea de Steiner para poder pensar en espejo el concepto de biblioteca. Me refiero a las lenguas no sólo como los idiomas sino sobre todo como la multiplicidad de voces. A los múltiples lenguajes que hay incluso dentro de cada lengua. La biblioteca, que reúne varias lenguas y concentra muchos lenguajes, ¿no es una Babel bendita que nos permiten ver otros mundos a través de las lenguas?

La construcción lingüística dibuja en cada escuela una cartografía que une lenguas. "Llegué de Italia a los 12 años, cuenta el escritor Antonio Dal Masetto, y aprendí el idioma leyendo en una biblioteca de Salto, el pueblo donde habíamos ido a vivir con mis padres. Iba a la biblioteca porque me interesaban los libros. Había leído a Salgari, a Verne. Frente a la circunstancia de cambiar de idioma los libros sirvieron para incursionar en esta nueva lengua. No sé cómo habrán llegado los libros ahí, había de todo. Yo entraba y miraba los estantes y por ahí un título me sonaba, y a lo mejor era un título ilegible para mí, porque era filosofía. Pero me lo llevaba, intentaba, lo devolvía, volvía por otro".

Un chico de 12 años aprendiendo un idioma en el espacio de una biblioteca. Se trata del aprendizaje de una lengua, así que no son sólo palabras sino también matices, música, tonos, silencios. Dal Masetto, que luego será una de los más grandes escritores y hará de la lengua un oficio, aprende a hablar en una biblioteca. Ya no es una madre y un padre los que acercan las palabras sino que son los autores a través de sus libros y ese reemplazo resignifica la escritura.

Por otra parte, ¿alguien puede enseñar a hablar a otro si no lo ama? Si en la transmisión de una lengua siempre está presente el amor como vehículo, habría que pensar que en este relato de Dal Masetto el aporte quizás más importante sea la presencia del amor en quienes dan su palabra a los otros. Tendríamos entonces que pensar la biblioteca en términos de discurso, o mejor, de "fragmentos de un discurso amoroso".

Somos muchos los que, cada vez que entramos en una biblioteca, experimentamos una sensación física. Nada más poner un pie adentro para sentir en el cuerpo una perturbación leve. Aun en el silencio más absoluto se percibe una densidad en la atmósfera y llega a conmovernos. Allí, sobre sus estantes, en una espera que pudo haber sido infinita y jamás cesará, están las historias, las geografías, las religiones, los líderes, los dioses, los mártires, los santos, los dictadores. Cómo no sentir entonces al entrar cierta pesadez en la densidad de la atmósfera. El lenguaje que allí habita supo darle un valor a las palabras. Entrar en una biblioteca es como dar un paso a un vacío insondable, pero allí adentro somos sujetos que se desplazan para internarse siempre en la oscuridad remota y más propia.

Las palabras que allí habitan construyeron subjetividad y seguirán haciéndolo cada vez que alguien las pronuncie. Por eso cada uno de los discursos que habitan las bibliotecas intenta ordenar un cierto caos y espesan el pensamiento. Cómo no perturbarnos al entrar si en definitiva es nuestra interioridad lo que está en juego al contacto con el vigor de esas palabras.

Sobre la fusión de palabra y silencio amalgamados se instala la biblioteca en la escuela y desarrolla su vida en la que, como en un aleph exquisito, se superponen las presencias simultáneas de los escritores de todos los siglos.

Por eso, tal vez, una biblioteca puede ser una oscuridad insondable que al mismo tiempo nos ilumina.


http://www.clarin.com/diario/2009/11/23/opinion/o-02046606.htm

6/12/09

La tribu Malaussènne

Una entrevista con Daniel Pennac


Daniel Pennachioni, nacido en Casablanca en 1944 e hijo de un militar francés que pasó buena parte de su vida en el extranjero, empezó su carrera como escritor en 1973 con la publicación del libro-ensayo El servicio militar ¿al servicio de quién? Para evitarle problemas a su padre, firmó ese texto como “Daniel Pennac”, un seudónimo que no ha dejado de utilizar desde entonces. Tras unos años de silencio, publicó Perro, perrito y La mirada del lobo, dos libros para niñosque había escrito mientras trabajaba como profesor de bachillerato, primero en Soissons, sesenta kilómetros al norte de París, y luego en la capital.

Al nombrar a Pennac lo primero que viene a la mente son los “Derechos del lector”, uno de los capítulos de Como una novela, su ensayo (?) sobre la enseñanza de la literatura, que para el público latinoamericano ha opacado al resto de su obra. Es, no obstante, ese “resto de su obra”, y sobre todo lo que ha sido llamado la “Saga Malaussène”, lo que le dio estatus de autor de culto en Francia e Italia.

La Saga comenzó en 1985 cuando Gallimard publicó La felicidad de los ogros, la primera de las seis novelas que protagonizan Benjamin Malaussène y sus seis hermanos, todos de diferente padre, y por las que desfilan criminales nazis arrepentidos, traficantes de películas, monjas de doble vida, adivinos y un perro epiléptico. La última aventura de Pennac le aconteció en el teatro, no sólo como escritor sino como actor. “Merci” de et par Daniel Pennac, decía la publicidad del Theâtre du Rond-Point en diciembre de 2005 para anunciar que, a los 61 años, el autor había decidido, bajo la dirección de Jean Michel Ribes, llevar a las tablas el monólogo irónico de un artista al recibir “uno de esos premios al conjunto de su obra”.

En una calle comercial del barrio XX de París hay un portón verde lleno de graffitis que hacen suponer que tras él uno va a encontrar una casa en demolición. Lo que hay es un patio común para todos los habitantes del inmueble. Daniel Pennac no cierra casi nunca la puerta que da acceso a ese patio típico de ciertos sectores de su barrio: Belleville. Este barrio, ausente de las postales y tan escaso de landmarks lleno de rincones impredecibles, es el escenario de los libros de la saga de la familia Malaussène. En El hada carabina, el segundo de ellos, Pennac hace decir a uno de sus personajes: “Lo que hay de agradable en Belleville es la sorpresa”.como

Es difícil imaginar tus historias en un lugar diferente. ¿Cuánto tiempo lleva tu relación con el barrio?
Llegué en el 69. Primero viví en la Folie Regnault, no muy lejos de aquí. Fue en esa calle donde puse a vivir a la familia Malaussène. Luego me cambié a la rue de La Mare, que también aparece en las novelas, y después a la rue Lesage, en pleno corazón de Belleville. Después vine aquí, así que me he mudado de Belleville a Belleville desde hace casi cuarenta años. Cuando comencé a escribir acerca de los Malaussène en el 84, llevaba catorce años instalado en el barrio y éste era ya mi universo, mi vida. Nunca me he alejado del XXe arrondissement.


Quizás por eso hay lectores que vienen a buscarte a Belleville...
De vez en cuando encuentro lectores franceses, a veces italianos, pero es muy ocasional. Yo hago literatura, no soy un jugador de fútbol. Los que me conocen de verdad en el barrio son los que de niños hacían tareas en casa y algunos adolescentes que me saludan con un “¡Hola, Victor Hugo!”. Es la gente que vi nacer, crecer, ir a la escuela o convertirse en vagos y terminar en prisión. Esos chicos son como mi familia, y Belleville es el lugar de mi familia. En francés lo llamamos la “familia electiva”. Los amigos. La tribu.


Si los espacios de tu obra son los espacios donde has vivido, ¿pasa lo mismo con los personajes? ¿Los miembros de la tribu Malaussène están basados en personajes de tu propia “tribu”?
Algunos. El doctor Marty de El señor Malaussène está basado en un viejo amigo mío que es doctor y se llama Marty. La reina Zabo tiene mucho de mi editora en la época en que hice Perro, perrito. Hay otro personaje, Clara Malaussène, que es fotógrafa y cuyo trabajo evoca el de Robert Doisneau, un famoso fotógrafo francés con quien fuimos grandes amigos y con quien aprendí la técnica del revelado fotográfico. Algunas descripciones que figuran en mis novelas son un homenaje a sus fotografías. También hicimos dos libros juntos: La vida de familia y Las grandes vacaciones.


Cuando leía sobre el personaje de Thérèse, pensé en un vidente que trabaja en un remolque estacionado frente a Père Lachaise.
¡Es él! ¡Ése es el remolque que aparece en Los frutos de la pasión! Thérèse es el retrato de una de mis compañeras del colegio. Nos leía las líneas de la mano y nos hacía conjuros y cosas así. Todavía nos entendemos bien. El rabino Razon está basado en otro de mis amigos, que no es hebreo ni rabino pero comparte nombre y algunos rasgos de personalidad con el del libro. No siempre es intencional, pero hay muchas cosas de esa “familia electiva” en mis personajes. Me gustan esos juegos, esas complicidades.


Un judío completa el color de los libros. Los apellidos siempre son rusos, africanos, árabes orientales: “Hedoch”, “Dolgorouki”, “Tayeb”, “Hô”, aunque la viuda Hô es en realidad...
Los personajes son inmigrantes porque Belleville es un planeta en miniatura. En el edificio donde vivía antes había diecinueve nacionalidades, otras tantas gastronomías y media docena de religiones. Había kurdos, árabes, negros, es decir, negros congoleses, de Costa de Marfil, de Senegal. Estábamos nosotros, había portugueses... en fin. Cuando haces mercado en Belleville, encuentras productos de todo el mundo y los olores son diferentes a los del resto de París. Creo que Belleville no sólo es el lugar más cosmopolita de París, sino del mundo.

Fundación Germán Sánchez Ruipérez

La Fundación Germán Sánchez Ruipérez está dedicada a la promoción de la lectura y, en este caso, centra su interés en la interacción entre lectura y tecnología en los contextos bibliotecario y educativo. Además de proporcionar un nuevo servicio a los usuarios de sus centros, ha diseñado Territorio e-book como un proyecto de investigación sobre la experiencia de lectura en estos dispositivos electrónicos. Se pretende conocer mejor cómo viven el proceso de lectura los usuarios y, así, anticipar algunos de los roles a los que bibliotecario y usuario, profesor y alumno tendrán que adaptarse en un futuro cercano.

Este trabajo de seguimiento e investigación está coordinado simultáneamente por la Fundación Germán Sánchez Ruipérez y el laboratorio Orion Medialab de la Universidad Pontificia de Salamanca. El primer paso consistió en realizar una evaluación de los diferentes modelos de dispositivos digitales de lectura existentes en el mercado, desde las variables directamente relacionadas con el ámbito bibliotecario y educativo: préstamo, lectura de prensa, seguridad, ergonomía y legibilidad.

A principios de 2010, usuarios de las bibliotecas de la Fundación en Peñaranda y Salamanca pasarán a ser el núcleo de la investigación: grupos de lectores mayores de cincuenta y cinco años comenzarán este proyecto, a los que se unirán de manera sucesiva grupos de lectores infantiles y juveniles y de usuarios entre dieciocho y cincuenta y cinco años que formarán parte de una actividad de préstamo controlado, lo que permitirá a los investigadores conocer la interacción de estos diferentes públicos con el libro electrónico y su opinión sobre la experiencia lectora. Entre otras actividades, se va a hacer una experimentación con la lectura de la obra, El manuscrito de Piedra, de Luis García Jambrina, editado por Alfaguara – editorial que ha cedido la licencia para la reproducción en los dispositivos digitales de lectura- con el fin de contrastar el impacto de las técnicas de dinamización.

Al mismo tiempo que se desarrolla esta experiencia de lectura y préstamo controlado, los usuarios habituales de prensa diaria podrán acceder, de forma abierta y libre, a diferentes periódicos usando para ello un lector de libros electrónicos. Territorio E-Book se complementa con otras acciones referidas a la divulgación, documentación, formación y transferencia de los resultados obtenidos a otras bibliotecas y centros educativos.

Los libros que se leerán este verano

Best sellers extranjeros, biografías, narrativa y política nacional son las apuestas editoriales para fin de año



Susana Reinoso
LA NACION

Con el encendido de los primeros árboles navideños en poco más de dos semanas, la industria editorial sacará a las vidrieras lo mejor y lo más vendible de sus novedades editoriales de fin de año.

Con tiradas que van de los 3000 a los 20.000 ejemplares habrá libros para entretener y entretenerse; otros que, con mayor o menos profundidad, apuntan a entender la política nacional; biografías sobre vidas notables de la cultura; autoayuda para sortear la mala onda, chick lit para adolescentes y no tanto, cocina gourmet y tradicional, mucho bestseller y buena literatura conforman la extensa oferta que llega, desde estos días, a las librerías vernáculas.

A pesar de la contracción del mercado los editores consultados por LA NACION dicen que 2009 no ha sido tan malo. Tampoco fue el mejor de la última temporada, pero con una ley del Instituto Nacional del Libro en camino de ser sancionada por el Congreso, para beneplácito de las cámaras editoriales, bien podría decirse que el libro en la Argentina goza de buena salud.

¿Cómo se eligen los libros de fin de año? De acuerdo con el estado de ánimo, las expectativas y el gusto del consumidor, coinciden los consultados. Por ejemplo, el enorme éxito de del actor cómico Diego Capusotto y su guionista Pedro Saborido en la televisión pública les asegura un plus de ventas para las fiestas.

Las investigaciones periodísticas de Edi Zunino y Luis Majul han despertado interés en el escenario de un país crispado por la confrontación y preocupado por la inseguridad. Y El poder de las buenas noticias, de Guillermo Andino también se hace su lugar en el competitivo mercado editorial.

Para el director editorial de Random House Mondadori, Pablo Avelluto, "este es un año en que recuperaron espacios varios libros periodísticos" porque si bien "el clima político no influye en el campo de la ficción, sí lo hace en el de los libros de investigación". Para el editor la clave de las buenas ventas de fin de año se explica por "la diversificación de los intereses del público. Un lector de no ficción es a su vez un lector de ficción. Este año en la Argentina se han reproducido algunos fenómenos editoriales globales".

Para el director editorial de Grupo Planeta, Ignacio Iraola, el tirón del los éxitos europeos es bien aprovechado en el nivel local. "Stieg Larsson y Dan Brown son claros ejemplos. El símbolo perdido tuvo una tirada inicial de 100.000 ejemplares en nuestro mercado". Una cifra que sólo pueden permitirse probados best sellers locales, como Marcos Aguinis o Alejandro Dolina. Iraola dice que "históricamente, diciembre es un mes de muy buenas ventas porque la gente elige para regalar en las fiestas y leer en vacaciones".

Por Adriana Hidalgo, el jefe de prensa Alejandro Cánepa comenta que 2009 ha sido un buen año para el sello argentino. "Cumplimos 10 años, estrenamos una coleccion infantil con excelente acogida entre libreros y lectores y terminamos con 38 títulos editados y un catálogo de 220 obras". Para el año próximo se preparan títulos de escritores con mayúsculas, como Clarice Lispector, Le Clézio, Juana Bignozzi y Arnaldo Calveyra, entre otros.

Los editores consultados también coinciden en destacar que en el codiciado ranking de los más vendidos han aparecido autores locales, lo que constituye una novedad frente a las cifras demoledoras de los fenómenos editoriales globales.

El gusto del consumidor

Analía Rossi, editora de Aguilar (sello de Grupo Santillana), dice que en el género no ficción "los autores más vendedores son los que ya constituyen una marca, tanto a nivel nacional como internacional. Pero se nota también un interés en temas del revisionismo de la historia más reciente". Su colega de Alfaguara, Julia Saltzmann, agrega que, en tren de impulsar los nombres argentinos entre los más vendidos, una fuerte apuesta de fin de año será el libro Más liviano que el aire, de Federico Jeanmaire, ganador del Premio Clarín de Novela.

Por Ediciones B, la jefa de prensa María Estomba señala: "Sin duda, las temáticas que más venden en tiempos de crisis son la autoayuda, los ensayos políticos y sociales y, luego, la ficción". Y el editor de Norma, Antonio Santa Ana, confirma que en diciembre "siempre se vende más" y apuesta fuerte, entre otros, por la biografía de Michael Jackson y la exitosa continuidad de Caudillos federales, que ya vendió 30.000 ejemplares.

El editor Mariano Roca, de Tusquets, completa: "Para nuestro sello, 2008 fue un buen año, a pesar de las dificultades de la situación nacional. Tenemos muchas expectativas para 2010, porque tendremos la visita de autores relevantes". Y, a la luz de la convocatoria que los escritores tienen cuando firman ejemplares, ésa es una excelente estrategia de venta de libros.

El año cierra con apenas un puñado de nombres en el podio de los más vendidos. Solo dos casos merecen un renglón propio: Julio Cortázar (Papeles inesperados) y Stieg Larsson y su trilogía Millenium, por convertirse en bestsellers post mortem. En un caso, por la magia de su literatura. En el otro, por su atractiva construcción narrativa.

Nombres extranjeros y locales para elegir

Entre los nombres que tentarán a los agitados consumidores de fin de año se encuentran los extranjeros Dan Brown (El símbolo perdido); Paulo Coelho (El vencedor está solo); Txumari Alfaro y su oferta culinaria natural; el malogrado Stieg Larsson y su exitosa trilogía Millenium; Stephenie Meyer y su famosa serie vampiresca Crepúsculo; Isabel Allende (La isla bajo el mar); Fernando Savater (Historia de la filosofía sin temor ni temblor), José Saramago (Caín), Santiago Gamboa (Necrópolis),Orhan Pamuk (El museo de la inocencia); Doris Lessing (Alfred y Emily); Jean Marie Gustav Le Clézio (La música del hambre), Henning Mankell (El hombre inquieto). Gerald Martin con su comentada biografía de Gabriel García Márquez, y el desdichado Michael Jackson con su biografía post mortem.

Los mencionados disputarán la preferencia de las compras navideñas con autores locales como Marcos Aguinis (¡Pobre patria mía!), Alejandro Dolina (edición definitiva de Lo que me costó el amor de Laura), Eduardo Sacheri (La pregunta de sus ojos), Claudia Piñeiro (Las grietas de Jara), Roberto Petinatto (Sumo por Pettinato), Luis Majul (El dueño), Bernando Stamateas y su serie de Gente tóxica y Emociones tóxicas, Diego Capusotto (Peter Capusotto. El libro), Hugo Alconada Mon (El secreto de las valijas)Edi Zunino (Patria o medios), Oscar González Oro (que debuta con Radiografía de mi país), Edgardo Cozarinsky (Lejos de dónde); Gabriel Rolón (Palabras cruzadas); Felipe Pigna y su biografía de Bernardo de Monteagudo, y el conductor Ari Paluch (El combustible espiritual 1 y 2).

Además de esta oferta que se derramará profusamente desde fin de mes con algunos títulos que ya asoman en las librerías, habrá buena literatura para un público de tradición lectora. En esa oferta se encuentran títulos que aportarán sellos como Area Paidós, Siglo XXI Editores, Beatriz Viterbo, Adriana Hidalgo, Marea, El Cuenco de Plata y otros excelentes sellos extranjeros como Gadir o Siruela, entre otros.

Panorama

  • Tendencia incipiente. A pesar de la fuerza de los fenómenos editoriales globales, varios autores locales alcanzaron en 2009 el ranking de los más vendidos, como Claudia Piñeiro, Eduardo Sacheri, Edi Zunino y Luis Majul.

  • Mediáticos. Los medios siguen aportando autores: a los best sellers Ari Paluch, Gabriel Rolón y Alejandro Dolina se suman a fin de año Roberto Pettinato, Diego Capusotto y Oscar González Oro.

  • Vidas célebres. Llegarán también las biografías de Gabriel García Márquez, escrita por Gerald Martin, y de Michael Jackson.

  • Buena salud. Con unas 300 editoriales, la industria local produce 20.000 títulos nuevos por año y ha tenido un crecimiento del 8,5% entre 2003 y 2008.

Yo en la Web del Gobierno... (Foto 10)

http://www.buenosaires.gov.ar/areas/com_social/fotogaleria/?goRepo=152

El Placer de la Lectura


http://www.elplacerdelalectura.com/2009/11/aire-nuestro-manuel-vilas.html

La biblioteca que salvó sus contenidos gracias a ser quemada




Las quemas de bibliotecas en el mundo antiguo fueron realmente algunos de los eventos más tristes en la historia, ya que en un tiempo en el cual la difusión de las obras no era muy amplia, muchas veces estas bibliotecas contenían documentos únicos e irrepetibles que al ser quemados se perdían para siempre. Es histórica y famosa la destrucción de la biblioteca de Alejandría, no obstante, existe un singular caso en el cual el fuego de la destrucción irónicamente serviría para preservar los contenidos.

A mediados del siglo XIX el arqueólogo británico Austen Henry Layard descubrió en lo que hoy en día es Irak los restos de lo que resultara ser una biblioteca en los territorios del antiguo reino asirio de Nínive, la misma sería nombrada en honor a Asurbanipal, el último gran rey asirio. Esta biblioteca no era cualquier otra ya que poseía una amplia y rica historia; historia que sería olvidada por más de dos milenios y medio cuando en el 612 antes de Cristo resultara víctima de una de las inacabables guerras mesopotámicas tras que una alianza comandada por los babilonios invadiera la ciudad destruyendo todo. De la invasión desencadenaría un asedio interminable por el cual varios de los edificios de la ciudad arderían en la llamas de la guerra, edificios entre los que se encontraba la biblioteca. Si bien normalmente esto se traduciría en destrucción total, como en tantos otros casos, en este caso en particular algo maravilloso ocurriría, los contenidos de la biblioteca no estaban en su totalidad almacenados en papiros, sino que eran tablillas de barro que con el calor se cocieron y quedaron atrapadas dentro de los restos de la misma.

Layard enviaría las casi 31 mil tabletas halladas al Reino Unido, donde serían almacenadas y estudiadas hasta el día de hoy en el Museo Británico, tarea no simple ya que la condición de los textos no es perfecta y muchos de hecho han sido clasificados como irrecuperables. De la biblioteca pudieron recuperarse y reaparecer tras ser perdidos en las arenas del tiempo los textos de la épica de Gilgamesh, el mito de Adapa, el Enûma Eliš y la leyenda del Pobre hombre de Nippur entre muchos otros de menor importancia.

La villa de los papiros
Curiosamente algo similar, aunque no intencional como el caso anterior, ocurrió en Herculano con la Villa de los papiros. Esta pertenecía a un adinerado y poderoso romano, Calpurnio Pisón, amante ferviente de la cultura cuya rica y bien provista biblioteca quedaría enterrada en las cenizas volcánicas que calcinarían a la ciudad, de esta manera quedando congelada en el tiempo. Si bien los papiros han sufrido un fuerte deterioro con el pasar de los siglos, hoy en día varios museos y bibliotecas del mundo se encuentran con éxito desarrollando tecnologías que permitan recuperar el contenido de los mismos. Según se espera, en la biblioteca existen varios textos griegos y romanos perdidos, especialmente se cree poder recuperar al menos fragmentos de varios de los clásicos perdidos tras la caída del imperio, así como cartas y documentos que permitan tener un conocimiento de primera mano de las turbulenta situación política de Roma en esa época.



(No solo papiros fueron rescatados sino que además se recuperaron infinidad de estatuas y bustos de bronce de la biblioteca)

Por fortuna las autoridades italianas protegen celosamente el lugar, y al día de hoy se han permitido solo pocas excavaciones, enfocándose así en preservar, restaurar y descifrar lo que se ya se ha excavado y no continuar excavándose hasta que se cuenten con nuevos métodos tecnológicos para garantizar la protección de los contenidos.

http://www.anfrix.com/category/general/

Explorando la planta hidroeléctrica subterránea de más de un siglo escondida bajo el Niágara


Varias veces hablamos de lugares subterráneos abandonados, pero pocas, trataban de uno tan misterioso como impresionante. Se trata nada más y nada menos que de un complejo de túneles que formaban la estructura de una planta hidroeléctrica subterránea y cuyo acceso resultara ser tan problemático que durante décadas años permaneció “perdido” del mundo, solitario e inhabitado al cual solo se puede acceder si se atraviesan, literalmente, las cataratas del Niágara.

El mismo tuvo origen a principios del siglo XX cuando la Ontario Power Company -click en enlace para ver un plano de la construcción-, a manera de proyecto hidroeléctrico, tuviera la idea de utilizar la energía producida por la caída misma de las cataratas para así generar grandes cantidades de electricidad. Para esto se desarrollarían una serie de túneles subterráneos plagados de conductos que alimentando varias tuberías de carga que, gravedad mediante, movían varias turbinas hidroeléctricas cuyo sistema, fuertemente modificado en comparación a las tradicionales, les permitía alimentar generadores ubicados a varios metros en la superficie. El sistema era increíblemente novedoso para la época, ya que otra serie de tuberías devolvía el agua a la parte baja del río, sin afectar así el caudal del mismo.

Pero la tarea lograría superar la tecnología de la época y el proyecto sería abandonado a pesar de varios intentos de revivirlo. Durante varias décadas quedaría oculto, inhabitado y, gracias a su más que difícil acceso -solo se puede ingresar por un pequeño túnel detrás de las cataras- totalmente perdido del mundo. Permaneciendo así hasta que un grupo de intrépidos exploradores The Vanishing Point, especializado en explorar minas, cavernas y túneles, ingresara a la planta hace unos pocos años y obtuviera una gran cantidad de fotografías e información del mismo -por cierto, les recomiendo infinitamente visitar el sitio de The Vanishing Point, a pesar de que su actualización no es seguida es uno de mis sitios preferidos de la red desde hace varios años-.

Proyecto Futura y su Bibliomoto en Puerto Huarmey - Perú

Biblioteca Indigena




http://www.qomllalaqpi.blogspot.com/