26/12/13

¿Dónde están los bibliotecarios? (Post invitado)

Ya casi cerrando los festejos del blog, no podía faltar entre mis invitados de lujo Enzo Abbagliati, Director de www.elquintopoder.cl de la Fundación Democracia y Desarrollo y otrora Coordinador Nacional del Programa BiblioRedes de la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos en Chile. Enzo es uno de esos encuentros más que afortunados de las redes sociales, por allá de 2008 coincidimos en Twitter y posteriormente tuve la oportunidad de conocerlo en persona cuando estuve como invitada en el VII Encuentro de Biblioredes, en 2010. Enzo es una persona que siempre nos invita a la reflexión, y siempre tiene con ganas de cuestionar y de indagar, de proponer y compartir, este @cadaunante (para los amigos) es una luz en la mar de información electrónica, no hay que perderle la pista. Enzo dice que fue una mala idea haberlo invitado, yo digo que me siento honrada y que cuestionar a los bibliotecarios, además de plantarnos con los pies en la tierra es necesario. Los dejo con su contribución e invitación a la reflexión. Mil gracias Enzo por ser parte del festejo y bienvenido al blog.
Enzo AbbagliatiEnzo Abbagliati Blog Cadaunadas @Cadaunante 
Cuando a uno lo invitan a una casa, es de mala educación hacer lo que voy a hacer. Comienzo, por ello, pidiéndole perdón a Verónica, @uvejota para los amigos, quien tuvo la mala idea de invitarme a celebrar el quinto aniversario de su casa, este blog que entrada a entrada se ha ido convirtiendo en un espacio de referencia y de debate para las nuevas tendencias en bibliotecas, gestión de información y lectura digital en México y la patria grande, América Latina (o Hispanoamérica, para incluir a ese enclave latinoamericano en Europa que es España). Pero quizá impulsado por ese mismo espíritu de vanguardia, entro a la casa de @uvejota con ánimos de provocación, de pendencia (de mocha, como decimos en Chile). De provocación desde quien, sin ser bibliotecario pero teniendo un profundo respeto por la profesión y habiendo estado vinculado profesionalmente por más de una década a las bibliotecas públicas (a las que –dicho sea de paso- sigo atado emocionalmente), no puede dejar de hacerse una pregunta: ¿dónde están hoy los bibliotecarios? Sí, ¿dónde están? O mejor aún, ¿en qué peleas están? (para seguir con el tono belicoso de mi reflexión). Lo que viene debiera ser una perogrullada, pero porque no lo es en la realidad me hago la pregunta. En la sociedad de la información, donde la riqueza y los mecanismos de su distribución están centrados cada vez más en la generación, procesamiento y gestión de la información, los bibliotecarios –profesionales de la información- deberían tener un lugar destacado, un sitial destacado, en la formación de la opinión pública. Y desde ese lugar, incidir en cómo avanzamos hacia sociedades más justas, democráticas y respetuosas con la diversidad, participando activamente en los debates de referencia que están reconfigurando el mundo. Siempre cito a Yochai Benkler, quien nos recuerda que en este mundo que se mueve hacia la hiperconexión, estamos definiendo hoy lo que entenderemos por libertad, justicia, productividad y muchas cosas más en las próximas décadas. Y tenemos la oportunidad de que esa definición sea hecha de una manera abierta y participativa como nunca antes en la historia de la Humanidad. Pero la sociedad de la información tiene sus propias lógicas de exclusión. Ya son muchos los que hablan de los inforicos y los infopobres. Por eso, seguir alimentando el mito de que la sola conexión a las redes elimina las brechas anteriores, es no entender que quienes se han beneficiado de esas brechas anteriores a las redes, no solo no harán nada por disminuirlas usando bits y bytes, sino que harán de su temprana apropiación de los nuevos medios una palanca para consolidar su herencia y aumentar su riqueza. Si la información hoy no tiene valor, pero la capacidad de usarla estratégicamente sí, los bibliotecarios tienen una responsabilidad ética ineludible: promover el más libre y equitativo desarrollo de las oportunidades para quienes llegan a la sociedad de la información desde los márgenes de la sociedad industrial. Y no dudo que son muchos bibliotecarios los que están en ello. He tenido la fortuna de conocerlos a lo largo de Chile y en otros países, en el día a día de una incesante y necesaria labor en la base de nuestras sociedades, alfabetizando en los nuevos medios para que una persona independiente de su género, raza, situación económica, credo o lugar geógrafico pueda cotidianamente acceder a esas oportunidades. Pero esas oportunidades son frágiles, como ha demostrado la crisis económica mundial desatada desde el año 2008. En tiempos de crisis, hemos visto, hemos leído, noticias de cierre de bibliotecas en todo el mundo. Y sin embargo, no los he visto, a los bibliotecarios, instalar el debate sobre el cierre de oportunidades en los territorios donde se forma la opinión pública. ¿Por qué no hay bibliotecarios en los grandes debates sociales del mundo actual? ¿Por qué no entran a los terrenos donde uno ve a abogados, sociólogos, economistas, médicos, historiadores, ingenieros, periodistas y muchos otros profesionales decidiendo lo que es bueno y es malo para nuestras vidas? ¿Qué oportunidades se pierden cuándo un bibliotecario decide restarse, sea cual sea la razón, de un debate con consecuencias transformadoras de la sociedad? ¿Cuál es el rol de los bibliotecarios en decidir qué mundo queremos dejar a nuestros hijos? Porque yo parto de una premisa: tienen un papel que jugar, central, impostergable. Y, sin embargo, no los veo. Tengo la interrogante, pero no la respuesta. Por eso les pregunto a ustedes, vecinos de la casa de @uvejota, ¿dónde están los bibliotecarios?