14/2/10

Buckingham: Fracaso de las innovaciones tecnológicas en la educación



Hace algunos años asistí a un seminario que el profesor David Buckingham dictó en mi universidad en Barcelona. Desde entonces lo tuve en mi radar. En la plataforma de “Aprendizaje Invisible” referimos el centro para el que hace investigación: London Knowledge Lab (y usamos algunos de sus apuntes en la super popular presentación de issuu sobre “invisible learning”).

Hace unas semanas me encontré un texto suyo cuya portada ofrecía un título que encajaba perfectamente con nuestro estudio sobre e-competencia: “Más allá de la tecnología” (el cual se puede hojear vía Google Books en inglés ). En mi caso, no dudé en comprarlo.

En su texto es irreverente con una serie de “vacas sagradas” de la academia (algunas las hemos analizado aquí) como Pensky, Tapscott, Papert o Negroponte, así como con todo el show business de empresas que ofrecen tecnología educativa e incluso con los policymakers que promueven la tecnología en el aula. Sin embargo, este libro de Buckingham es lo más contundente que he leído en mucho tiempo sobre este tema.

Lo más atractivo de su trabajo es que no es un opinólogo, sus afirmaciones las respalda con una incansable cantidad de estudios; no cae en el facilismo de condenar ni divinizar las tecnologías para el aprendizaje pero contribuye sugiriendo reflexiones y advertencias de especial valor. Además, aunque es inglés tiene bastante humor (muy británico por cierto) lo que hace su lectura muy agradable.

En esta ocasión, tengo su libro entero subrayado y repleto de notas, aquí comparto sólo algunos extractos de la primera parte. Si el lector tiene poco tiempo para leer este resumen ofrezco un zoom a una de sus ideas centrales (aunque recomiendo mucho hacer zapping por sus ideas).



Las profecías:

“Creo que el cine está destinado a revolucionar nuestro sistema educativo y que en algunos años habrá suplantado en gran medida, sino por completo, el uso de los libros de texto […] La educación del futuro se realizará a través del medio del cine […] (Thomas Edison, 1921)” (p.75)

“En el futuro no habrá escuelas. La computadora hará desaparecer la escuela” (Papert, 1984, pág. 38) […] Existe una larga historia de predicciones similares acerca del potencial transformador de la tecnología, no sólo en el campo de la educación; en retrospectiva es fácil demostrar que muy pocas se cumplieron. Es evidente que la revolución sistemática anticipada por Papert y otros no se produjo…” (p.12)

“El defensor más influyente de este discurso ‘edutópico’ es sin duda, Seymour Papert profesor del Massachusetts Institute of Technology” (p.57)

El milagro de las TIC

“Tal vez la tecnología encierre la promesa de la libertad, pero a veces parece que sólo se tratara de la libertad para hacer lo que se nos dice que debemos hacer” (p.25)

“La existencia de salas de computación equipadas espléndidamente suele considerarse un argumento de venta fundamental [para las escuelas]” (p.29)

“La pizarra ‘interactiva’ parecería no ser más que un medio para reafirmar la vigencia de la enseñanza tradicional de clase magistral centrada en el docente” (p.31)

“… se considera que es la tecnología en sí la que genera el cambio, no los actores sociales que la poseen y la fomentan” (p.37)

“…los ministros de educación suelen ser extremadamente optimistas acerca de los efectos positivos de la tecnología sobre el aprendizaje de los estudiantes” (p.39)

“…parece razonable llegar a la conclusión de que la enseñanza y el aprendizaje en el aula distan mucho de haberse transformado como resultado del advenimiento de la tecnología” (p.85)

“…parece que el uso de computadoras en sí no necesariamente induce a repensar en forma radical la práctica de la enseñanza, mucho menos inspira a transformaciones radicales de las actividades que llevan a cabo los estudiantes cuando no están usan la computadora (Salomón y Pernkins, 1996)” (p.98)

La subu-TIC-lización

“Me desalienta ver tantos usos de las tecnologías en la educación faltos de imaginación, funcionales y errados. Las preguntas críticas que preocuparon a los docentes de comunicación durante años […] han sido dejadas de lado como resultado de un enamoramiento superficial con la tecnología por la tecnología misma” (p.14)

“…para muchos niños el uso de computadoras en el aula resulta aburrido y frustrante, en especial cuando se lo compara con la manera en que ellos usan la computadora fuera de la clase” (p.100)

La sociedad del conocimiento (leyendo entre líneas)

“…el discurso de la ‘sociedad de la información’ (o el de la ‘economía del conocimiento’) construye al niño como futuro trabajador, pero también como consumidor de información, y sin duda, como ‘mercado de prueba para los fabricantes de software (Facer et al. 2001, p.96)” (p.36)

“…se considera que la capacidad de obtener acceso a la información es una suerte de ‘vacuna’ contra el futuro desempleo (que, por su puesto, puede ser provocado por la tecnología)” (p.36)

“…es probable que buena parte de las habilidades en que se capacite a los estudiantes en las escuelas resulte obsoletas para cuando lleguen al trabajo” (p.38)

“¿En qué medida es posible la personalización en un sistema cuya premisa básica sigue siendo todavía la prestación “masiva” de servicios públicos?” (p.44)

“En el caso de la tecnología educativa, buena parte de las políticas parece haber sido inventada sobre la marcha: las innovaciones tecnológicas llegan al mercado y ofrecen soluciones a problemas que aún no han sido identificados” (p.51)

Ideas centrales:

“Como sugerí antes, esta polarización es típica del discurso popular acerca de los efectos de la tecnología en un contexto más amplio. Mientas que quienes propugnan su adopción han proclamado con entusiasmo la capacidad de liberar y potenciar la tecnología, los detractores la consideran una agresión fundamental contra los modos genuinos de aprender y contra la infancia misma […] las dos posturas son problemáticas…”.

“…queda claro que la tecnología no tiene “efectos” por sí sola: por el contrario, el impacto que produzca –ya sea bueno o malo- depende en gran medida de los contextos en los que se usa, las motivaciones de quienes la usan y el propósito con que intentan usarla. No obstante, parece justo concluir que, hasta ahora, el uso educativo de la tecnología no cumplió en modo alguno las promesas que con tanta frecuencia se hicieron en su nombre. La tecnología no transformó el aprendizaje, ni revolucionó la institución escolar. Todavía tiene que mostrar un impacto de probada eficiencia para incrementar el nivel de rendimiento educativo o promover la motivación para el aprendizaje en el largo plazo. Frente a estos argumentos, los defensores de la tecnología suelen decir que aún es temprano y que el verdadero cambio todavía no se ha producido. Pero, como ya señalamos, las computadoras llevan más de treinta años en las escuelas; además es posible rastrear una historia del fracaso de las innovaciones tecnológicas en la educación que se remonta a casi un siglo. Parece absurdo insistir –como algunos lo hacen- en que la revolución está a la vuelta de la esquina y que si tuviéramos más computadoras, si pudiéramos usar esta innovación tecnológica reciente, si todos los docentes estuvieran en condiciones de usar la tecnología tal como creemos que deberían hacerlo…” (p.103)

La imagen de 1899, inluida en el libro de Buckingham,
hoy la utilizamos para promover el proyecto: Aprendizaje Invisible.

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