21/9/08

EL LIBRO DE LOS MUERTOS













EL LIBRO DE LOS MUERTOS

Por D. Manuel Soto de la Vega

El Libro de los Muertos Egipcio es una colección de textos de innovaciones, hechizos, conjuros, oraciones, himnos, letanías y fórmulas mágicas, escritos generalmente en rollos de papiro con ilustraciones o viñetas. Fueron colocados en las tumbas de los egipcios que podían permitirse tal lujo a partir del Imperio Nuevo. No obstante, la colección más antigua que se conoce, está inscrita en las paredes de las cámaras y corredores de las pirámides de Unas, Teti, Pepi I, Nemty-En-Saf I y Pepi II, reyes de la V y VI dinastía en Sakkara. Estos textos se les conoce como “Textos de las Pirámides” y están escritos enteramente en jeroglíficos y muchos de sus “Capítulos “ son copias de una colección más antigua, por lo que no se pude precisar su origen, edad y autor. Pero podemos suponer que los Capítulos copiados en las paredes de las tumbas de los reyes mencionados, en esencia, representan las creencias de los egipcios de tales dinastías con respecto a los muertos y, la continuidad del pensamiento religioso entre las clases más altas de Egipto.

El objeto de este “libro” era permitir al difunto salvar los peligros que se le presentaban después de la muerte, instruyéndolo en las palabras que le permitían ingresar a los diversos estados del inframundo, le aseguraba la protección de los dioses y proclamaba asimismo su identidad con muchos de ellos.

La verdadera naturaleza del “Libro de los Muertos” no ha sido comprendida perfectamente. No es realmente un “Libro”, ya que libro sugiere una composición con una unidad, un escrito en “determinado tiempo” por un autor o autores. El título le fue dado por el alemán Richard Lepsius quien en 1842 publicó el gran “Papiro de Turín” bajo el título de “Das Todtenbuch” y desde entonces lo han usado los egiptólogos.

El título por el cual era conocido por los antiguos egipcios era: “Manifestado en la luz”, “La manifestación del día”, “La manifestación de la luz”. Sin embargo, “Per t er hru”, como se conocía en escritura jeroglífica es probable que haya tenido un significado especial para los egipcios, y que no se haya traducido correctamente a los idiomas modernos; pero existe otra versión que es una idea que puede expresar todo el trabajo y que es: “Capítulos para perfeccionar el Ka” o “Capítulos de salir al día”.

Se dice también que el título de “Libro de los Muertos” procede del nombre que los profanadores de las tumbas dieron a los papiros con inscripciones que hallaron junto a las momias: “Kitab al-Mayitun”, en árabe, que significa “Libro del difunto”.

Aunque este Libro nos da una idea de la religión entre los egipcios y sus creencias funerarias, no es un conjunto de dogmas o revelaciones para los creyentes.

El Ka era una parte importante, y aparentemente eterna, del hombre. Por el significado de la palabra se le puede definir como: “un resplandor” o “un espíritu-alma traslúcido”. A menudo se le ha traducido como: “el brillante”, “glorioso”, “inteligente” o calificativos semejantes; pero su verdadero significado es el de “escena divina”. En los “Textos de las Pirámides”, encontramos que el Ka de los dioses estaba en el cielo y hacia allá se dirigía el Ka del hombre tan pronto como el cuerpo moría.

Las principales versiones o revisiones de manuscritos que forman el “Libro de los Muertos” son:

1. La “Versión Heliopolitana”, o sea, recopilada por los sacerdotes de On (Heliópolis) basada en una serie de textos que se han perdido. Los “Textos de las Pirámides” que no proporcionan ninguna información acerca de su autor o autores. Representa un sistema de Teología promulgada por los sacerdotes de Ra, el Dios del Sol. Algunos Capítulos parecen estar dedicados al dios Thot y que, sin duda, pertenecen a la clase de literatura que los griegos llamaron “Hermética” y es muy cierto que fueron incluidos en la lista de los cuarenta y dos trabajos que según Clemente de Alejandría constituyen los libros sagrados de los egipcios, por lo que parece estar bien fundamentada ya que los griegos llamaron Hermes al dios Thot a quien los egipcios designaban como “El señor de los libros divinos”, “escriba de la Compañía de los Dioses” y “Señor de la palabra divina”.

Algunos Capítulos se encuentran en las tumbas, sarcófagos, estelas y papiros de las dinastías XI, XII y XIII. Pero la esencia deriva de escritos primitivos, probablemente predinásticos.

2. La “Versión Tebana” (Uast, la Tebas de los griegos) escrita en jeroglíficos sobre papiros, está dividida en Capítulos sin un orden determinado, sin embargo, con muy pocas excepciones, cada capítulo tiene un título y una viñeta. Aunque no todos los Capítulos están en las copias hay algunos que sin duda eran necesarios para la preservación del difunto en su tumba, y de su alma en el más allá. Esta Versión fue usada por quien podía sufragar los gastos, desde la dinastía XVII hasta la XXI.

En los “Textos de las Pirámides” eran los sacerdotes los que decían o cantaban las invocaciones, los conjuros o las diversas secciones. En la “Revisión Tebana”, los himnos y plegarias eran dichos por el difunto, en el otro mundo lo que le permitía alcanzar la perfección del alma.

3. La “Revisión Saita” (Sai) estuvo en uso de la dinastía XXVI hasta el final de la era Ptolemaica en Egipto, aproximadamente. En esta época se arreglaron los Capítulos en un orden definido y se hizo una revisión cuidadosa de todo el trabajo. Durante este período aparece un cierto número de Capítulos que no se encontraban en los papiros antiguos; pero que no son sino nuevas ediciones o extractos de trabajos anteriores. En muchas copias de esta Revisión se omiten signos, palabras y aún pasajes completos, lo cual dificulta su lectura. Estos Capítulos compuestos en un período más tardío, representan ideas y creencias de carácter religioso, que eran desconocidas para los egipcios de la dinastía V y VI, y demuestran que había tenido lugar un desarrollo considerable del pensamiento religioso en las mentes de la frente, desde que fueron recopilados los “Textos de las Pirámides”

Los antiguos egipcios conservaron los rasgos más notables de su religión, compleja en extremo, pero no abandonaron sus viejas ideas, dioses y mitos. Aún cuando adoptaran a otros, al contrario, trataron de alguna manera de reconciliarlos y armonizarlos.

En épocas diferentes, los sacerdotes de cada uno de los principales centros de culto: Heliópolis, Menfis, Tebas y Hermópolis, trataron de poner algún orden a las creencias.

Las selecciones del “Libro de los Muertos” contenidas en los papiros de Ani, Hunefer y Anhai, reflejan la confusión de los Capítulos.

El número total de los Capítulos hasta ahora conocidos es de ciento noventa y su extensión es muy desigual aunque no existe un solo papiro que los contenga a todos. Algunos de estos capítulos son derivados directamente de los “Textos de las Pirámides”, algunos son versiones de los Capítulos hallados entre los textos del Imperio Medio y el resto son de origen Tebano. De hecho, la palabra “Capítulo”, aplicada al trabajo de los escribas, no sería correcta, ya que sugiere unidad y coherencia, quizá sería más apropiado llamarles “Invocaciones” o “Hechizos mágicos”.

El “Libro de los Muertos” demuestra, sin duda alguna, que los egipcios creían en un “Juicio Final” y que, el futuro del alma de un hombre, en el otro mundo, dependía de la vida que había llevado sobre la tierra. El alma de los transgresores de la ley se aniquilaba y el alma de los justos entraba en la vida eterna.

Los Tasadores de Osiris, incorruptos, estrictamente justos e imparciales, pesaban el corazón de los hombres en la “Gran Balanza” de la verdad y la decisión final de Osiris concordaba con la opinión de Thot, personificación de la justicia eterna y Maat, la verdad. El pesaje de los corazones era muy importante y siempre se incluía una viñeta de la escena del Juicio en los papiros donde estaba escrito el “Libro de los Muertos”.

Otra sección impresionante es el Capítulo CXXV de la edición moderna, conocida como la “Confesión negativa”, que encierra el código moral y religioso de Osiris, el cual exigía muestras de un alto nivel moral y un carácter religioso personal exaltado, para que los solicitantes entraran en su reino. Aquí el difunto asegura cuarenta y dos veces que no ha hecho nada malo en su vida, enumerando los “pecados” que no ha cometido.

El difunto se identifica con el gran dios Orisis; pero a pesar de tal protección, busca los medios mágicos para combatir los peligros del Inframundo e invoca la protección de dioses menores.

¿Qué sucede al difunto en la otra vida?, es algo confuso, puede ir al “Campo de paz”, viajar en el cielo para vivir como las estrellas, ser uno con Osiris en sus dominios en un “Mundo superior”, viajar con Ra en su barca solar o una combinación de estos estados.

No hay dos papiros que contengan los mismos Capítulos, éstos o se repiten en el mismo orden en más de un papiro, por lo tanto se puede pensar que cada persona escogía ella misma los Capítulos que deseaba. No hay dos papiros que lleven el mismo tratamiento en sus viñetas.

B I B L I O G R A F I A

· WALLIS BUDGE. The Egyptian Book of the Dead. Edit. Dover. Nueva York, 1989.

· ANA MARIA DONADONI ROVERI. Las Creencias Religiosas. Edit. Electa Turín Italia, 1988.

· K. MICHALOWSKI El Arte en el Antiguo Egipto. Edit: Akal. Madrid España 1988.


[1] Miembro de la Sociedad Mexicana de Egiptología.

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